Gran parte de Pakistán se vio afectado este lunes por un importante apagón, incluyendo ciudades como Karachi y Lahore, informaron las autoridades.
Los cortes de electricidad son frecuentes en este país de 220 millones de habitantes, que lleva años lidiando con una crisis energética a causa de un sistema de suministro envejecido y complejo.
El apagón, que duró varias horas, se debió a una falla ocurrida a las 7:30 am (hora local). Se trata del segundo incidente de esta magnitud en dos años.
“Según la información inicial, la frecuencia del sistema de alimentación eléctrica en la red nacional cayó esta mañana, lo que provocó un enorme apagón”, indicó en Twitter el Ministerio de Energía.
Poco después se restableció el suministro en la capital, Islamabad, y en Peshawar (noroeste).
Pero en Karachi (sur, 15 millones de habitantes) y en Lahore (noreste, 10 millones de habitantes) seguían sin electricidad a última hora de la mañana.
“Nos costó mucho venir a la escuela porque no había electricidad en casa”, afirmó Vareesha Nadeem, un profesor de Karachi de 25 años.
“Aquí, en las aulas, usamos luces a pilas, pero pronto dejarán de funcionar. Los cortes de electricidad se han convertido en una parte más de nuestra vida, de tan a menudo que ocurren”, agregó.
Un vendedor de Karachi dijo a la AFP que temía que sus reservas de leche fresca se deterioran por no poder tenerlas refrigeradas, y un impresor de 39 años, Khurrum Khan, declaró que los pedidos se le estaban acumulando a causa del apagón.
La inestabilidad del suministro eléctrico pakistaní “es una maldición permanente que nuestros gobiernos no han logrado solventar”, se quejó Khan.
El apagón no afectó inmediatamente al sistema sanitario, pues la mayoría de hospitales cuentan con generadores de emergencia.
La calefacción de las escuelas es de gas. El corte impactó sobre todo en los hogares, pero también en la industria, incluido el sector textil, que representa cerca del 60% de las exportaciones nacionales.
En enero de 2021, un apagón similar dejó a la mayor parte del país sin electricidad durante varias horas, después de que una avería en el sur provocara una reacción en cadena que acabó afectando a varias centrales eléctricas.
Situación social compleja
Los secuestros, matrimonios y conversiones forzadas de chicas jóvenes de minorías religiosas de Pakistán van en aumento, denunciaron el pasado lunes expertos de la ONU en derechos humanos, instando al gobierno a implicarse más para atajar esas prácticas.
“Nos ha conmocionado profundamente saber que chicas tan jóvenes, incluso de 13 años, son secuestradas a sus familias, víctimas de la trata, y llevadas a lugares alejados de sus casas, obligadas a casarse con hombres que a veces les doblan la edad y forzadas a convertirse al islam”, denunció el grupo, formado por una docena de expertos independientes contratados por la ONU.
“Estamos muy preocupados por el hecho de que ese tipo de matrimonios y conversiones se haga bajo la amenaza de violencia, hacia las chicas y las mujeres o hacia sus familias”, agregaron en un comunicado publicado este lunes.
Los especialistas instaron al gobierno pakistaní “a tomar medidas inmediatas para evitar e investigar exhaustivamente esos actos”.
Las pesquisas, declararon, deberían realizarse “objetivamente y conforme a la legislación nacional y a los compromisos internacionales en materia de derechos humanos”.
Los expertos son nombrados por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas pero no se expresan en nombre de esa organización.
Entre ellos, hay relatores especiales en la venta y explotación sexual de niños, formas contemporáneas de esclavitud, violencia contra las mujeres y cuestiones relativas a las minorías.
Según las informaciones que recabaron, la justicia pakistaní acepta “pruebas fraudulentas” que hacen que parezca que esas prácticas se llevan a cabo en términos de igualdad.
“Los miembros de la familia dicen que la policía pocas veces se toma en serio las denuncias de las víctimas” y que “o rechazan registrar esos informes o afirman que no se ha cometido ningún delito porque se trata de ‘matrimonios de amor’”, explicaron los expertos.
Los raptores “a menudo fuerzan a sus víctimas a firmar documentos que atestiguan falsamente” que tienen la edad legal para casarse y que lo hacen por voluntad propia, advirtieron.
*Con información de AFP.