En 2017, el médico escocés Ian Paterson fue condenado a 20 años de cárcel por 17 acusaciones de herir intencionalmente a varias mujeres, frases que no reflejan la dimensión del horror que cometió desde los años 90 en el área de Birmingham.

Durante el juicio, salió a la luz como Paterson les diagnosticó cáncer a una decena de pacientes y procedió a extirparles los senos, cuando la verdad es que no tenían la enfermedad, así que las cirugías fueron totalmente innecesarias.

“Él jugó a ser Dios”, dijo una de las mujeres que fue víctima de estas despiadadas prácticas, las cuales arruinaron las vidas de las víctimas para siempre.

No solo practicó extirpaciones de senos innecesarias sino además apendicitis sin justificación. | Foto: Getty Images

Otra afectada contó que él no le hizo una, sino nueve cirugías injustificadas, por lo cual perdió su trabajo.

También salió a la luz que el doctor hizo mucho daño, al proclamarse pionero de un tipo de operación novedoso, la mastectomía incisiva ahorrativa, que a la postre resultó un fiasco.

En virtud de ello, Paterson les dejaba mucho tejido en el busto a las pacientes, al punto que debían seguir usando brasier.

Pero lo peor es que en aquellas que sí tenían cáncer, esa práctica lo único que hizo fue retrasar el tratamiento con quimioterapia y radioterapia.

En particular, se conoció el caso de una paciente que pudo vivir al menos diez años más, de no ser porque él la sometió a aquel procedimiento equívoco.

Dijo ser pionero en un procedimiento quirúrgico que terminó retrasando el tratamiento de pacientes que sí tenían cáncer. | Foto: Getty Images

El proceso judicial de hace seis años, fue solo el comienzo de un escándalo que, de acuerdo con las declaraciones de investigadores a medios como The Guardian y The Times, todavía está muy lejos de concluir.

Ello porque se sabe que el criminal operó a más de 1.000 pacientes innecesariamente, según The Guardian

Las alarmas se dispararon en los hospitales y clínicas públicos y particulares en los que el siniestro médico hizo cirugías desde 1993.

Así, el NHS (Servicio Nacional de Salud) y la organización privada de salud Spire Healthcare empezaron a rastrear a más de 1.500 mujeres que pasaron por su consultorio, en aras de resarcirlos médicamente, pero también de adjuntar testimonios y pruebas que terminen en nuevas condenas para Paterson.

El doctor Paterson ordenó tratamientos de quimioterapia para aumentar los ingresos de un oncólogo amigo que fue su posible cómplice. | Foto: SEMANA

De acuerdo con The Times, se están investigando las muertes por cáncer de 417 de pacientes del médico, para saber si su mala praxis contribuyó a los decesos.

Al respecto, peritajes médicos han dicho que hay razones para creer que esas muertes no fueron por causas naturales.

Solo en 2021 se identificaron 300 nuevas pacientes operadas innecesariamente y ello ha dado pie a un nuevo hallazgo que da cuenta de la perversidad del médico.

De esos 300, los investigadores descubrieron que 100 fueron tratadas por condiciones diferentes a cáncer de seno.

“Desde que comenzó la investigación, también hemos visto casos de apendicectomía, colecistectomía (extirpación de la vesícula biliar), venas varicosas y hernias. Todas ellas terminaron en operaciones innecesarias”, le dijo al diario londinense Linda Millband, de la firma de abogados Thompsons Solicitors, que representa a pacientes de Paterson que están pidiendo reparación por sus delitos.

Las razones de Paterson para actuar de esa manera aún no se saben.

Entre las hipótesis figura que lo hizo por codicia, pues el lujoso estilo de vida que llevaba se le hizo cada vez más demandante. El dinero que ganó durante años de perversión, lo permitieron comprar propiedades en Cardiff, Manchester y Estados Unidos.

La investigación por parte de las autoridades también anota que recetaba tratamientos de quimioterapia a pacientes que no la requerían para mejorar los ingresos de un posible cómplice, el oncólogo Talaat Latif.

Otros creen que, sencillamente, jugaba a ser Dios con el destino de sus pacientes y que experimentaba un depravado placer al llevar a cabo sus cirugías sin razón.