SEMANA: Hace un tiempo decía que no aspiraría a un cargo público y ahora está bien posicionado en la competencia para ser presidente de Ecuador, según los resultados de las encuestas. ¿Qué ocurrió?

Otto Sonnenholzner: Digamos que no había una decisión definida, estábamos trabajando en un proyecto, pero las cosas se adelantaron. Lamentablemente, tuvimos que tomar una decisión que respondiera a los objetivos y a los intereses del país, y aquí estamos para presentar una propuesta que defienda la democracia, que recupere la seguridad y traiga una reactivación económica, que tanta falta le hace al Ecuador.

SEMANA: ¿Cómo vio el proceso en el que el presidente Guillermo Lasso adelantó las elecciones para finales de agosto?

O.S.: Me parece un fracaso no solo del Gobierno, sino de toda la clase política, incluidos los legisladores y la institucionalidad del Estado. Porque esto en un momento tan complejo para el país trae más incertidumbres y costos de 80 a 90 millones de dólares, que valen estas elecciones, que es lo que nos cuesta, por ejemplo, recuperar todo el sistema penitenciario. Pero tenemos una clase política mezquina, que lo único a lo que se ha dedicado es a defender sus intereses personales, que jamás prioriza los intereses nacionales, y las consecuencias de ese comportamiento es tenernos en esta permanente inestabilidad.

SEMANA: ¿Qué propone para este cambio que necesita Ecuador?

O.S.: Nosotros estamos proponiendo una recuperación de la seguridad de la paz en las calles, reactivación económica y una verdadera inversión social. La recuperación de la seguridad pasa por el control del sistema penitenciario, que hoy está en manos de las mafias. Hacer una inversión importante en tecnología, como cámaras, inhibidores de señal, sistemas automatizados de apertura y cierre de puertas. Crear un régimen de máxima seguridad para separar a los prisioneros por su peligrosidad y quienes han atentado contra nuestra vida, los delincuentes más peligrosos, para que cumplan una condena de verdad con las restricciones que amerita para el riesgo que ellos representan. Y, a la par, hay que armar, equipar y entrenar una fuerza pública, que en este momento está abandonada, poner a andar las competencias de las Fuerzas Armadas, tanto en el control del espacio acuático como en el control de armas, para que sean un complemento real a esta lucha contra la inseguridad.

Otto Sonnenholzner, exvicepresidente de Ecuador. | Foto: Gabriela Mena/PRESSOUTH/NurPhoto

SEMANA: ¿Cómo ve a Luisa González, la candidata del correísmo a la presidencia?

O.S.: No la conozco, la conocemos poco los ecuatorianos. Ambos sí, al parecer, estaríamos en segunda vuelta. Estamos trabajando para que así sea y en segunda vuelta vamos a ganar. Pero nosotros estamos en el servicio público para combatir a los modelos autoritarios e irresponsables y para dar opciones reales, viables, sostenibles a los ecuatorianos. Entonces, cualquier opción que represente modelos retrógrados del siglo pasado, que lo único que han hecho es crear caos en la región, estamos seguros de que la vamos a derrotar.

SEMANA: ¿Siente que la experiencia en la vicepresidencia le dio la capacidad necesaria para aspirar a ser presidente de Ecuador?

O.S.: Primero, me dio la cercanía con la ciudadanía que nos tiene en segunda vuelta y que supo reconocer un trabajo distinto desde el servicio público, honesto, eficiente, dedicado a resolver problemas, no a armar broncas. Y, segundo, me dio una experiencia que me permite hoy presentarme en esta contienda desde un optimismo, sí, pero basado en lo pragmático y en lo práctico. No puedo aquí presentarme con el entusiasmo de la ignorancia, porque evidentemente tengo claro a lo que voy. Entiendo la problemática del país, sé identificar las limitaciones, pero también las oportunidades que hay y en el sentido que vamos a trabajar.

Luisa González, candidata presidencial en Ecuador. | Foto: AFP or licensors

SEMANA: Hace unas semanas, su intención de voto parecía ser muy pequeña, pero ahora está muy bien posicionado. ¿Cómo ha visto ese ascenso en popularidad?

O.S.: Si vamos a las elecciones hoy, estamos en segunda vuelta y eso nos entusiasma, pero tampoco podemos parar. Faltan dos semanas de campaña y las vamos a llevar a cabo con la misma intensidad, entusiasmo y seriedad con que las hemos venido llevando hasta ahora para consolidar ese espacio. Estamos, gracias al apoyo de los ciudadanos, en esa segunda vuelta y vamos a ganar esa segunda vuelta en octubre.

SEMANA: Esta elección estaba pensada para 2025. ¿Cómo se llega a este momento y qué cambia para tener que lanzar la candidatura ahora?

O.S.: Nosotros estábamos construyendo un proyecto para 2025 en el cual no necesariamente yo tendría que ser el candidato, sino que el equipo de trabajo en decisiones democráticas escogía la persona con la mejor capacidad de ganar la elección y, desde luego, ejecutar el plan de gobierno. Tuvimos que adaptar ese plan, en el que veníamos trabajando, a esta realidad. Pero también es cierto que mucha gente me decía que por qué no esperar porque este es un gobierno corto. Yo les digo: el tiempo es relativo, sí puede ser corto para hacer la totalidad de los cambios trascendentales que el país necesita, pero para una familia que en este momento está pensando en migrar, arriesgando hasta su vida porque el Ecuador ya no le da oportunidades, cada día cuenta. Entonces, aquí no hay tiempo que perder, falta mucho por hacer y lo que estamos invitando es a actuar, a dejar de dividir al país por ideologías y empezar a unirnos por objetivos que nos son comunes a todos y que nos urge alcanzar.

SEMANA: ¿Cómo describe a su fórmula vicepresidencial, Érika Paredes?

O.S.: Una mujer con experiencia, con capacidad, joven, muy bien preparada. Compañera mía de la universidad, ahora en Harvard. Con quien venía trabajando en este proyecto y a quien le agradezco que asuma este desafío conjunto y que sea parte de nuestro equipo.

Guillermo Lasso fue elegido como presidente de Ecuador en 2021. | Foto: AFP or licensors

SEMANA: ¿Qué legado puede dejar en Ecuador durante estos años de gobierno si es elegido presidente?

O.S.: Nuestro objetivo, más allá de mi legado personal, porque no espero trascender de esa forma, es poder devolver la seguridad, la paz en las calles y poder llevar al Ecuador en el sentido correcto en materia de reactivación económica y gestión social. No va a ser fácil, hay una situación compleja, pero necesitamos trabajar con sentido de urgencia para contener esta crisis de inseguridad y reactivar la economía.

SEMANA: ¿Considera que ha sido bien recibida su campaña entre la ciudadanía a pesar de haber estado unos años al margen?

O.S.: Yo dejé el servicio público en 2020, en el mes de julio, y mucha expectativa hubo en esa época respecto a mi posible participación porque salí con altos indicadores de aceptación y con buena intención de voto, mayor que ahora, inclusive. Pero yo tomé la decisión que fue responsable porque creía que los proyectos políticos se tenían que construir con tiempo. Empecé a trabajar en eso. Insisto, no pensando en una candidatura mía, sino en un proyecto de país. Y hoy la gente vuelve a conectar con una forma distinta de querer servir, con una forma empática, cercana, eficiente de querer servir. Yo creo que la gente está cansada de una clase política que lo único que ha hecho es traernos a este tipo de crisis, está buscando alternativas más ciudadanas y la están encontrando en nuestra propuesta. Creo que esa es la explicación al respaldo de nuestra candidatura.