El exsecretario particular de Benedicto XVI, monseñor Georg Gänswein, quien había incomodado al papa Francisco al explayarse sobre las tensiones de la cohabitación inédita entre los dos pontífices, será trasladado a Alemania, informó el jueves el Vaticano.
“El 28 de febrero de 2023, S. Exc. monseñor Georg Gänswein terminó su misión como prefecto de la Casa Pontificia. El Santo Padre ordenó que Monseñor Gänswein regrese a partir del 1 de julio, por el momento, a su diócesis de origen” de Friburgo, anunció la Santa Sede en un comunicado.
La prensa había vaticinado en un primer momento que obtendría un puesto de embajador en el extranjero.
El prelado alemán, de 66 años, aseguró poco después de la muerte de Benedicto XVI a finales del año pasado que el papa argentino “rompió el corazón” de su predecesor al dar marcha atrás a su decisión de suavizar las restricciones al uso del latín en las misas.
Tras la publicación en enero de sus memorias, Gänswein, secretario particular de Ratzinger desde 2003 hasta su muerte, fue convocado a una audiencia a puerta cerrada con Francisco.
El prelado alemán, oriundo de Baviera, como Benedicto, también aseguró que había sido tratado como chivo expiatorio: se quedó privado de sus funciones ejecutivas de prefecto de la Casa Pontificia, aunque conservó el cargo.
El papa celebró el Ángelus ante miles de fieles tras su operación
El papa Francisco, operado a principios de junio del abdomen, pronunció la oración del Ángelus el domingo 18 de junio delante de miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro en el Vaticano, y agradeció sus muestras de “afecto” durante su hospitalización.
El pontífice argentino, de 86 años, salió el viernes del hospital Gemelli de Roma tras una decena de días ingresado.
“Deseo expresar mi gratitud a cuantos, en los días de mi ingreso en el Policlínico Gemelli, me han manifestado afecto, preocupación y amistad”, declaró el papa, debilitado desde hace varios años por sus problemas de salud, sobre todo a nivel del intestino y las articulaciones.
“Esta cercanía humana y espiritual ha sido para mí de gran ayuda y consuelo”, aseguró, entre los aplausos de la muchedumbre.
El papa, que en muchas oportunidades manifestó su preocupación por los dramas vinculados a las migraciones, reiteró su “gran tristeza y mucho dolor” tras el naufragio en Grecia de un barco pesquero repleto de migrantes que dejó al menos 78 muertos y numerosos desaparecidos.
“Parece que el mar estaba calmado. Renuevo mi oración por los que han perdido la vida e imploro que siempre se haga todo lo posible para prevenir tragedias similares”, dijo.
Francisco también tuvo palabras por el ataque en la noche del viernes de un grupo rebelde de filiación yihadista contra una escuela de educación secundaria en Uganda, que dejó al menos 41 muertos, la mayoría estudiantes.
“Rezo por los jóvenes estudiantes víctimas del ataque brutal cometido contra una escuela en el oeste de Uganda”, país de mayoría cristiana, declaró el sumo pontífice, tras el rezo del Ángelus.
“Esta lucha, esta guerra, está en todas partes. Recemos por la paz”, añadió.
El papa, que cada vez más se desplaza en silla de ruedas o con un bastón, apareció en buena forma, en la ventana de sus apartamentos del Palacio Apostólico.
Aunque ha retomado su agenda, algunos de sus actos han sido anulados, como su próxima audiencia semanal del miércoles.
*Con información de AFP.