La inflación de Argentina es una de las más altas del mundo, pues acumuló 36,2 % en el primer semestre de 2022, lo que provocó que, incluso, trabajadores asalariados cayeran en la pobreza porque sus sueldos quedan rezagados con relación al alza de los precios.

La pobreza abarca a 37 % de la población y el desempleo es de 7 %, pero para el índice se considera ocupados a unos 500.000 trabajadores informales de la llamada ‘economía popular’ beneficiarios de parte de esos subsidios. Más de cuatro millones de personas reciben diferentes subsidios del estado. El 43 % de los adultos tiene trabajo, conforme informó TET.

Hay que decir que los diferentes subsidios y programas que se entregan en ese país, y se llevan a cabo con el presupuesto del Estado (es decir, alrededor de 800 millones de pesos -moneda local-, aproximadamente seis millones de dólares), incluyen además de educación y atención médica, salarios y hasta el pago de servicios públicos.

Al respecto, el director de finanzas de Income Based Research, Harry Lorenzo, expresó al diario The Epoch Times “que los hábitos de gasto del Gobierno argentino están en la raíz del creciente problema. El Gobierno argentino ha estado lidiando con una economía en colapso desde hace algún tiempo”.

“Esto implicaría reducir los programas de asistencia social, que han sido un importante contribuyente a la deuda del país. La razón principal de esto (tambalearse en el gasto público es primordial) es el gasto insostenible del Gobierno, que ha sido financiado en parte por generosos programas de asistencia social”, agregó.

Asimismo, el gerente de finanzas de Marketplace Fairness, Robert Donnelly, manifestó al mismo diario (TET), “que la dependencia de Argentina de los rescates extranjeros no es una solución, sino más bien una liberación de la válvula de presión económica a corto plazo. Si bien esto ha tenido cierto éxito, no ha resuelto el problema subyacente”.

Agregando que “la administración de Fernández podría hacer varias cosas para aliviar la dependencia del país de los préstamos externos, como aumentar las exportaciones y atraer más inversión extranjera”.

Vale decir que Empower Work, un subsidio que entregó -según el diario Titulares, de esa nación- un monto total de 19,470 pesos en mayo, y 21.120 pesos en julio a sus más de 1,2 millones de beneficiarios, cubre una jornada laboral ‘indefinida’, conforme informa TET, por lo que un período de 8:00 a. m. a 5:00 p. m., ni siquiera está contemplado.

Según una de las protestantes, el pasado 15 de julio, “trabajar para alguna empresa o familia hace que reúna la cantidad de 4.500 pesos argentinos por semana, mientras que, con el dinero de los planes sociales del gobierno, llega a cubrir 50.000 pesos argentinos”, según informó el diario La República de Perú.

De otro lado, luego de la renuncia del exministro de Economía, Martín Guzmán, el pasado 2 de julio, se agudizó el espiral de la inflación mientras la moneda se hunde en el mercado negro, pese a que la nueva ministra, Silvina Batakis, ratificó el rumbo económico y se comprometió a cumplir las metas previstas con el Fondo Monetario Internacional.

Alberto Fernández eligió el pasado jueves 28 de julio al presidente de la Cámara de los Diputados, Sergio Massa, para encabezar un “superministerio” formado por las carteras de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura, Ganadería y Pesca.

Fernández decidió reorganizar las áreas económicas de su Gabinete, que estarán coordinadas por Massa, con la intención de lograr un “mejor funcionamiento y gestión”, según informó a la agencia argentina Télam. Cabe recordar que Argentina se comprometió con el FMI a reducir el déficit fiscal de 3 % en 2021 a 2,5 % este año, 1,9 % en 2023 y 0,9 % en 2024.

*Con información de AFP y Europa Press.