El domingo 23 de febrero Ahmaud Arbery salió de su casa en un suburbio de Brunswick, Georgia, para practicar deporte. Como acostumbraba, y aprovechando el buen clima, el joven de 25 años se vistió con pantalones cortos y recorrió trotando las calles de Fancy Bluff, su vecindario, hasta que se topó de frente con una muerte violenta que durante semanas ha generado ira e indignación en todo el país.

Una de sus vecinas, Lauren Bennett, de 26 años, contó a medios locales que Ahmaud era conocido en el sector por practicar running todos los días. Dice que su cámara de seguridad emitía una notificación en su teléfono cada que él pasaba frente a su casa. “Ahí va Ahmaud”, cuenta al recordar cuando saludaba a su vecino en un acto que se convirtió en cotidiano. Sin embargo, algo diferente pasó ese 23 de febrero. Ahmaud Arbery fue interceptado por dos hombres blancos armados, padre e hijo, que lo persiguieron por varias calles a bordo de una camioneta. Luego, a mitad de una cuadra, cuando Ahmaud se cansó de correr, uno de ellos se bajó del vehículo y le disparó tres veces, dejándolo tendido en el suelo desangrándose. Tras el homicidio, ninguno de sus atacantes fue acusado ni arrestado, pero este martes se hizo público un video que registró, paso a paso, lo sucedido.

Las imágenes hablan por sí solas y los hechos apuntan a Gregory McMichael, un expolicía de 64 años del condado de Glynn, cuya coartada para el crimen es, supuestamente, haber identificado al joven afroamericano como autor de una serie de robos en el vecindario. Dice él que le pidió a su hijo Travis, de 34, que lo acompañara a buscar a Ahmaud. Fue entonces cuando, armados con un rifle y un revólver, iniciaron una persecución seguidos por un tercer hombre, autor de las imágenes, en un hecho al que activistas, líderes políticos y hasta deportistas se han referido como “auténtica cacería”.

Hasta el lunes las autoridades no habían encontrado una “causa probable” ni pruebas irrefutables para procesar a los McMichael, pero la publicación del video lo cambió todo. El abogado de la familia Arbory, Lee Merritt, emitió un comunicado en que se refiere al crimen como un acto de racismo. “El señor Arbery no había cometido ningún crimen y no había razón para que estos hombres creyeran que tenían el derecho de detenerlo con armas o usar fuerza letal en su intento ilegal de pararlo (...) Lo persiguieron tres hombres blancos que lo pusieron en su diana solo por su raza y lo asesinaron sin justificación”, escribió. Las imágenes, además de la indignación de figuras como el candidato presidencial Joe Biden y el basquetbolista LeBron James, también generaron un cambio de dirección en el caso.

 

El fiscal Tom Durden anunció que “tras una cuidadosa revisión de las pruebas” pedirá que un gran jurado decida si se presentan cargos contra los McMichael.

Entre tanto, el gobernador de Georgia, Biran Kemp, anunció que la Oficina de Investigaciones GBI realizará una “investigación exhaustiva e independiente sobre la muerte de Ahmaud Arbery. Los georgianos merecen respuestas. La Policía estatal está lista para garantizar que se haga justicia”.