Argentina puso en circulación este miércoles billetes de 20.000 pesos (20 dólares), que serán los de mayor denominación, según anunció el Banco Central. El lanzamiento se produce apenas seis meses después de haber puesto en circulación uno de 10.000 pesos, en respuesta a la alta inflación del país suramericano, que fue del 193% anual en octubre.
En este contexto, el Banco Central indicó que “un billete de mayor denominación permite imprimir una menor cantidad” de papel moneda “para afrontar un mismo nivel de demanda de efectivo por parte de la sociedad. Menos billetes en la economía reducen el costo de reposición de cajeros automáticos y el tiempo de procesamiento en las sucursales”.
El combate a la inflación es uno de los pilares del gobierno de Javier Milei. El aumento mensual de precios se redujo al 2,7% en octubre tras marcar 25,5% en diciembre cuando asumió el presidente, que impulsó una devaluación de 52% del peso. La contracara del ajuste de Milei al gasto público es una fuerte recesión económica, con desplome del consumo y de la producción fabril, con un aumento de 11 puntos de la pobreza en solo seis meses a 52,9% de la población.
Una cena en un restaurante de gama media cuesta alrededor de 20.000 pesos y ahora podrá abonarse con este billete, que lleva la imagen del político y escritor liberal Juan Bautista Alberdi (1810-1884), uno de los ideólogos de la Constitución Nacional, habitual referencia histórica de Milei en sus discursos.
La emisión de nuevos billetes de alta denominación es historia repetida en Argentina: en los últimos 140 años cambió cinco veces el nombre de su moneda y llegó a tener una divisa en papel de 1.000.000 de pesos en la década de 1980 durante la última dictadura cívico militar (1976-83), en un contexto de hiperinflación.
Medidas de seguridad
El nuevo billete de $20.000 cuenta con estrictas medidas de seguridad que fueron incorporadas mediante sistemas de impresión especiales y que permiten el reconocimiento por máquina. A continuación, los principales elementos de seguridad:
Marca de agua: se observa al trasluz y reproduce el retrato de Juan Bautista Alberdi acompañado de las iniciales JBA, en tono muy claro.
Hilo de seguridad aventanillado: está inserto en el billete y se revela en tres ventanas. Es de color azul y presenta un efecto dinámico al mover el billete. Al trasluz, se ve como una banda continua y se aprecia la sigla BCRA.
Tinta de variabilidad óptica: la representación simbólica de la Constitución Nacional, ubicada en el ángulo superior derecho, cambia del magenta al verde al inclinar el billete y presenta un efecto dinámico tridimensional.
Imagen latente: dentro de un motivo ornamental situado en el ángulo inferior derecho aparecen las letras RA al observar el billete con luz rasante.
Motivo de complementación frente-dorso: el valor 20.000 ubicado en el ángulo inferior izquierdo se complementa por transparencia con el reverso.
Además, el billete cuenta con identificación para personas con ceguera. En los bordes verticales del billete se percibe al tacto un código con relieve.
Ahorros
La incorporación de billetes de mayor denominación y la programación monetaria efectiva permiten reducir los costos directos del Banco Central de Argentina y los costos operativos del sistema financiero en su conjunto. Un billete de mayor denominación permite imprimir una menor cantidad de billetes para afrontar un mismo nivel de demanda de efectivo por parte de la sociedad. Menos billetes en la economía reducen el costo de reposición de cajeros automáticos y el tiempo de procesamiento en las sucursales.
La programación adecuada de la adquisición de billetes mejoró los procesos de logística y de coordinación, reduciendo los costos de transporte a un quinceavo, al utilizar barcos en lugar de aviones. Para las entidades financieras, la distribución y el reabastecimiento de este billete serán más eficientes. En contraste con las últimas experiencias, el BCRA implementó un cronograma de trabajo en conjunto con las entidades financieras que incorporó el nuevo billete de $20.000 a los sistemas de cajeros automáticos de forma anticipada mientras se completaba su producción, lo que resultará en una adopción del nuevo billete de manera más veloz.
La adquisición de billetes, a través de licitaciones internacionales competitivas, disminuyó el costo desde los USD 126 por millar de billetes en el contrato heredado con Casa de Moneda, a USD 48 por millar de billetes en la última licitación realizada en agosto.
La confirmación de que el índice de inflación observado se encuentra en los niveles más bajos de los últimos tres años, a pesar de la puesta en circulación del billete de $10.000 (cinco veces la denominación del mayor billete disponible hasta ese momento) desestima el argumento de que aumentar la denominación de los billetes produce presiones inflacionarias.