Clive Palmer, un empresario y político australiano, prometió hace algunos años que construiría una réplica del Titanic, el trasatlántico que se hundió durante su viaje inaugural en 1912.
Según el magnate, el nuevo proyecto contempla construir un barco “muy muy superior” al original, mientras reveló cuáles eran los diseños para su ‘Titanic ll’. Palmer arrendó una sala de Ópera en Sidney donde dio a conocer sus planes de construir esta impactante réplica.
Su empresa, Blue Star Line sería la empresa de su propiedad que se encargaría construir “el barco del amor” que tendría los últimos detalles de estilo y lujo, sin embargo su dueño confesó que aún no ha conseguido un astillero, un establecimiento donde se construyen y reparan buques.
“Estamos reuniendo a los mejores constructores navales, diseñadores e ingenieros del mundo para construir el Titanic ll”, afirmó Palmer. El proyecto cuenta con el apoyo continuo de la empresa finlandesa líder mundial en diseño de buques e ingeniería marina Deltamarin. Deltamarin ha llevado a cabo una revisión del proyecto Titanic II para garantizar que el buque cumpla con todas las normas de seguridad y construcción actuales, así como con los criterios de diseño de Blue Star Line.
“Blue Star Line creará una auténtica experiencia del Titanic, brindando a los pasajeros un barco que tiene los mismos interiores y diseño de cabina que el barco original, al tiempo que integra procedimientos de seguridad modernos, métodos de navegación y tecnología del siglo XXI para producir el más alto nivel de comodidad de lujo. ‘’ dijo Palmer.
Hace 10 años, Palmer hizo la promesa de construir este barco, en ese momento citó a una conferencia de prensa similar en Londres para lanzar lo que sería su más grande propósito, lo controversial en esa ocasión fue la pregunta que le hizo un periodista preguntando si era real el anuncio o simplemente una estrategia publicitaria, a lo que contestó que “suficiente dinero para construir el Titanic 10 veces”, según The Guardian.
Desde entonces, Palmer cumplió un mandato como diputado federal, canceló su registro y luego revivió un partido político y gastó millones de dólares en diversas impugnaciones legales, empresas turísticas y costosas campañas electorales, han pasado 10 años ni más ni menos.
Si bien comenzaron algunos trabajos de diseño y logística, fueron suspendidos en el 2015 después de una disputa de pago entre una de las empresas del magnate y una empresa china, en el 2018 Palmer volvió a anunciar el proyecto.
Según Palmer, la pandemia del Covid 19 fue una de las razones por las que se retrasaron tanto los trabajos en el proyecto. “Para poder hacer el Titanic. Lo voy a hacer”, dijo. “Es mucho más divertido hacer el Titanic que sentarse en casa y contar mi dinero”, agregó el hombre, según narra The Guardian.
“Lo único que necesitas para ser feliz, según he descubierto en mi vida, es tener a alguien que te ame, un lugar donde dormir por la noche y suficiente para una buena comida”, aseveró.
El multimillonario confía en poder conseguir un astillero para que se pueda dar inicio a la construcción del barco, que espera inicie a principios del 2025 con su viaje inaugural que se llevará a cabo entre Southampton a Nueva York, un viaje que se daría en el 2027. El hombre aseguró que las licitaciones para la construcción se publicarían en junio y que los contratos se firmaban en diciembre. Estimó que el barco de 56.000 toneladas costaría entre 500 y 1.000 millones de dólares.
El verdadero Titanic chocó contra un iceberg a mitad de su viaje inaugural a través del Atlántico y se hundió el 15 de abril de 1912, lo que provocó la muerte de aproximadamente 1.500 pasajeros y tripulantes.