Tiempos convulsos y extraños se viven en la política española después de las elecciones generales del pasado domingo. A pesar de la victoria del PP, de derecha, los apoyos del resto del Parlamento parecen favorecer mucho más a Pedro Sánchez que a Alberto Núñez Feijóo, por lo que todo el panorama podría inclinarse a que la izquierda del PSOE mantenga el cargo con un Congreso que aun así no garantiza gobernabilidad.
Pase lo que pase en España, el Congreso tendrá una formación más que curiosa e insólita en cualquier escenario. Para cada posibilidad tienen que darse ciertas condiciones para que sea el PSOE de Pedro Sánchez o el PP de Alberto Núñez Feijóo el que termine siendo el presidente español por los próximos años en un país donde la polarización está llegando a extremos que hace unos años eran inimaginables.
El primer escenario y el más probable es que Pedro Sánchez consiga el número mágico de los 176 escaños que le darían automáticamente el poder. Para llegar a esto, tendría que hacer ciertas alianzas que en principio no parecen descabelladas, como aceptar gobernar junto a los partidos independentistas de Cataluña y el País Vasco, algo que ya tuvo que hacer en su momento y es lo que está encaminado a realizar nuevamente.
El segundo escenario, que es al que le apunta Núñez Feijóo, es convencer a los partidos independentistas de dichos territorios y poder llegar al mágico 176 para llegar al poder. En principio, parecía que el mayor obstáculo para el PP iba a estar por los lados del partido Vox, de extrema derecha, que rechaza tajantemente cualquier intento de independencia del País Vasco o Cataluña, pero en un giro algo inesperado, el movimiento anunció que “no iban a ser un obstáculo” para que el PP forme Gobierno.
Un tercer escenario que podría ponerse sobre el tablero es que la insistencia de Alberto Núñez Feijóo a formar un Gobierno encabezado por él, a pesar de no tener mayorías, pueda lograrse, esto en el caso de que el rey Felipe VI lo llame a convocar un Gobierno en su nombre, como ganador de las elecciones.
En este muy improbable caso, el PP y su líder terminarían liderando un Gobierno sin casi ninguna probabilidad de mandar en el país al no tener Parlamento para pasar sus proyectos y una crisis política sería inevitable. Aún así, existe otro escenario que, de igual manera, sería más caótico y con más incertidumbre.
Y es que Pedro Sánchez, con el PSOE, y Alberto Núñez Feijóo no lleguen a conseguir los apoyos necesarios para poder formar una mayoría. Por lo cual, en dicha posibilidad, el líder de la izquierda española conservaría su cargo hasta diciembre, cuando tendría que convocar nuevamente a elecciones y esperar si en esta ocasión alguno de los dos partidos tradicionales de la nación ibérica logra conseguir un resultado lo suficientemente contundente para formar Gobierno.
Las cuentas de cada uno El Partido Popular (PP), de Alberto Núñez Feijóo, consiguió, como ganador de las elecciones, un total de 136 escaños de un total de 350. Mientras que su único claro aliado, el partido Vox, tuvo una gran baja con respecto a las últimas elecciones y perdió 19 puestos en el Parlamento, para un total de 33 puestos.
Juntos suman 169 escaños, aún lejos de los 176 necesarios para poder formar Gobierno de manera indiscutible.“He iniciado los contactos, teniendo en cuenta que España ha decidido que no haya ninguna mayoría absoluta de un solo partido, pero teniendo en cuenta también que no ha decidido que haya fórmulas imposibles que garanticen la investidura de un Gobierno”, dijo Núñez Feijóo a sus dirigentes reunidos en Madrid, convencido de que de alguna manera mágica logrará poder convertirse en presidente de España.
A lo que le apuesta Núñez Feijóo es a poder congraciarse no solo con el partido de ultraderecha Vox y sus 33 escaños, sino también con los nacionalistas vascos del PNV, que tienen cinco escaños, y los navarros del UPN, que tienen uno, al igual que los regionalistas de Canarias. Si logra conseguir estos apoyos, será el nuevo mandatario español, al conseguir exactamente los 176 escaños en el Parlamento de su país y convertirse en mayoría.
La apuesta de Sánchez tiene dos caminos, el primero es lograr la mayoría acordando con todos los movimientos que pueda para llegar a los 176. Ya de por sí tiene 172 escaños junto a las alianzas ya acordadas, por lo que partiría con ventaja. Mientras tanto, los puestos del PNV vasco se hacen más codiciados que nunca, ya que se dice que, en principio, no apoyarán a Núñez Feijóo, pero las versiones han ido cambiando y no parece haber nada claro en el panorama.
El segundo plan de Sánchez es lograr que el partido Junts, de independentistas catalanes, tome cualquier decisión, menos apoyar al PP de Núñez Feijóo, algo que no parece demasiado realista. Por lo que si dicho movimiento apoya al PSOE, tendrá suficiente para que el partido de izquierda siga en el poder, así como que llegue a lograr la abstención del movimiento catalán, lo cual le daría la investidura en una segunda votación en el Congreso.
Por lo cual, la gobernabilidad de Pedro Sánchez o una eventual subida al poder de Alberto Núñez Feijóo está en las manos de los movimientos independentistas de Cataluña y del País Vasco. Las condiciones de los catalanes al PSOE es la inmunidad para sus líderes encarcelados y exiliados del país después del intento de independencia, así como la posibilidad de un referéndum de independencia o al menos poder tener una autodeterminación más clara.
Condiciones que no son tan fáciles de cumplir en principio. La posibilidad de la repetición de elecciones siempre está latente, aunque ni el PP ni el PSOE quieren que esto ocurra. Pasa más por los lados de los movimientos independentistas, que si no consiguen lo que quieren de los partidos que los buscan para hacer alianzas, parecen dispuestos a dinamitar el proceso electoral y que los españoles tengan que volver a las urnas a final de año.
Esto pasa porque Junts no quiere ceder en sus peticiones y el PNV no quiere saber nada de aliarse con Vox. Si este inédito escenario pasa, el Partido Popular parece listo para que Núñez Feijóo no sea la cabeza visible del partido y sea reemplazado por Isabel Díaz Ayuso, presidenta del PP de la Comunidad de Madrid, y que tras no lograr los resultados esperados en las elecciones podría ser vista como una solución idónea para el movimiento, a pesar de que tenga que ser bajo un escenario de emergencia.
Por los lados del PSOE, nada parece que pueda sacar a Pedro Sánchez de su rol como líder del partido. El resultado de todo este enredado drama político se irá conociendo con el pasar de los días.