Durante más de una semana las autoridades de la Florida advirtieron a las personas sobre la inminencia de un desastre natural casi sin precedentes en la historia moderna de ese Estado. El huracán Milton se alzaba como el más potente de la temporada, y a medida que avanzaban los días, el riesgo solo iba en aumento como advertencia de una tragedia anunciada. “Si no evacúan, van a morir”, decía la alcaldesa de Tampa, mientras que Joe Biden aseguraba que todo se trataba de una cuestión “de vida o muerte”.
Pero el desastre no se hizo esperar, entrada la madrugada del jueves, Milton tocó tierra en Florida, dejando de inmediato casas destruidas, vehículos volcados, árboles arrancados del suelo y casas totalmente inundadas. Los muertos, al cierre de esta edición, serían al menos diez, pero el terror para las personas que estuvieron presentes en el momento en que la tormenta llegó a sus casas fue incalculable.
“Uno se prepara especialmente con el tema del agua, compramos algunos medicamentos, aquí hay una lista con preparativos de lo que hay que tener, como linternas, baterías, comida en lata y estufas con gas propano. También alistar los documentos que se dejan en una bolsa tipo Ziploc, una maleta con ropa y un radio para escuchar las noticias”, cuenta Juan Bohórquez acerca de las medidas que tuvieron que tomar.
La prevención era increíble, más de cinco millones de personas abandonaron el Estado, miles se refugiaron en edificios altos, llenaron las calles con arena para absorber el agua que trajera la tormenta, pusieron madera en ventanas y puertas, además se compraron miles de provisiones. Pero nada parecía ser suficiente, Biden declaraba que era cuestión de “vida o muerte”, la policía de Tampa pidió anotar nombre y fecha de nacimiento en el brazo si optaban por no evacuar.
“En mi zona fue difícil después de las 11 de la noche, vientos demasiado fuertes y mucha lluvia intensa, fue incómodo; me generó mucho miedo. Además, viví el paso de uno de los tornados y fue demasiado miedoso. Nunca había vivido algo similar”, cuenta Alejandro Echeverri a SEMANA, colombiano que fue testigo del paso de Milton en el país norteamericano.
No obstante, el balance de las autoridades es que si bien el huracán golpeó fuertemente a la Florida, por pura suerte se evitó una tragedia mayor. Según se tenía estipulado, Milton sería un huracán de categoría cinco, la más alta de todas, al momento de trocar tierra. Eso lo haría comparable al Katrina, la tormenta tropical que en 2005 dejó miles de muertos y asoló el área metropolitana de Nueva Orleans. Pero solo faltando pocas horas para su impacto inicial, se degradó a categoría cuatro, y luego, hasta categoría tres.
“Fueron lluvias constantes, vientos fuertes, las ramas de los árboles se afectaron, ya que muchas cayeron, hubo cortes de energía, pero los apagones no fueron extensos, solo de algunos minutos”, contó María Cristina Muñoz, residente en la Florida, quien esperaba un fuerte impacto para su casa y vecindario, por lo cual incluso llegó a almacenar agua en lugares frescos, compró alimentos no perecederos y tapió las ventanas y puertas de su hogar con el fin de evitar mayores percances.
Si bien el peor escenario se evitó, no significa que no haya existido un desastre natural en la Florida. Casas sin techo y paredes que terminaron totalmente destruidas por cuenta del paso del huracán, calles inundadas hasta más de un metro con personas en sus techos esperando a ser rescatadas, vientos de más de 200 kilómetros que lanzaron automóviles, árboles, grúas de construcción y todo lo que se cruzara contra edificios y hogares.
Un impacto doble
“El paso del huracán Helene en días anteriores dejó afectada la costa de la bahía, causando una señal de alerta para que todos acatáramos las precauciones ante la tormenta”, cuenta a SEMANA Álvaro Murcia Granados, colombiano residente de la bahía de Tampa, quien vivió en primera persona los destrozos de Milton. “En la noche del miércoles, la llegada del sonido estruendoso del viento y la lluvia confirmaban la entrada del huracán Milton. Muchas zonas fueron golpeadas por las inundaciones, los cortes de luz, de agua y daños en estructuras”, narra.
Este testimonio recuerda que, hace apenas dos semanas, el huracán Helene había azotado el “Estado del Sol” en plena temporada de desastres naturales. Aún quedaban muchos escombros en las calles cuando llegó el huracán Milton, y estos desechos se sumaron a la tormenta, causando más daños a la población y a sus hogares en medio del desastre.
Las horas durante el paso del huracán fueron las más difíciles, ya que las personas sabían que en cualquier momento podría ocurrir algo inesperado. “Desde ayer no hemos dormido; estuvimos despiertos todo el día y toda la noche, atentos a cualquier eventualidad. Aquí muchos techos son de madera y podrían salir volando. El ruido es ensordecedor, se escuchan caer las hojas, las ramas y los árboles. Es una sensación de zozobra inmensa y un miedo terrible”, comenta Bohórquez.
La ventaja de Florida es que es uno de los Estados que tiende a prepararse muy bien para este tipo de situaciones, ya que anualmente es uno de los más afectados por la temporada de huracanes. En consecuencia, numerosas ciudades toman las medidas necesarias para evitar mayores afectaciones. Eso explica las órdenes de evacuación y de resguardar las ventanas y las puertas de las casas.
“Parece que el Señor fue tan misericordioso con todos que no pasó a mayores. Y bueno, no hay afortunadamente daños físicos. Y si los existieran, como digo, yo ya tengo la experiencia de que lo más importante son las vidas. Lo material se recupera en cualquier momento, se recupera, lo más importante son las vidas. Desde que todos estemos bien, pues no importa, volvemos a empezar”, cuenta Adriana Hincapié, colombiana en la Florida, quien en el pasado sobrevivió al desastre de Armero.
La respuesta de las autoridades ha sido atender a la gran mayoría de personas posibles, incluso rescatándolas de sus casas en lanchas. Los daños del huracán se creen multimillonarios, aunque no se conoce una cifra exacta hasta el momento. Pero lo que se destaca desde los Estados Unidos, es que, a pesar de los muertos que dejó Milton, todo el país está de acuerdo en que la situación tuvo el potencial de ser un nuevo Katrina y, afortunadamente, no ocurrió.
Por ahora, la Florida sigue con la labor de atención de los heridos por el destructivo huracán, luego se tendrán que recoger los destrozos que dejó este fenómeno natural y hacer el recuento de los daños. Lo importante es que el “Estado del Sol” y sus ciudadanos más afectados puedan recuperarse y salir adelante, a pesar de ser nuevamente víctimas de constantes desastres naturales.