Bill Gates es uno de los magnates que mayor precaución y compromiso ha mostrado frente a la crisis de la covid-19 y las posibles soluciones que se pueden plantear para intentar acabar con esta problemática.

Por esto, es común leer diversos documentos que publica en su blog oficial, llamado Gates Notes, en el que explica su visión frente a la crisis sanitaria generada por la pandemia y los esfuerzos que desde su fundación se han planteado para intentar superar esta situación.

Una de estas estrategias es la renovación de la inversión que la Fundación Gates ha dado durante los últimos cinco años a la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI, por sus siglas en inglés).

“Estoy emocionado de anunciar un nuevo compromiso de 150 millones de dólares para su trabajo futuro en covid y más allá”, escribió Gates en su blog oficial.

Sin embargo, también indicó que este dinero debe usarse sabiamente, para no estar luchando de vez en vez con las nuevas variantes que podrían derivar del nuevo coronavirus, sino poder erradicar esta enfermedad del todo en cada rincón del mundo.

“El aumento de ómicron ha sido un desafortunado recordatorio de que la única forma de eliminar la amenaza de covid-19 en algún lugar es eliminarlo en todas partes. Mientras el virus continúe circulando a un alto nivel en algunas partes del mundo, siempre estaremos en riesgo de otra variante devastadora. Las innovaciones revolucionarias, incluidas las vacunas y los nuevos antivirales, salvarán vidas, pero no acelerarán realmente el final de la pandemia hasta que estén al alcance de todos”, añade el fundador y ex-CEO de Microsoft.

No obstante, para Gates, la mayoría de los esfuerzos que se han gestionado desde el inicio de la pandemia no se han enfocado precisamente en este fin, tal como lo demuestra el proceso de repartición de las vacunas; de hecho, para el multimillonario, esta tarea ha sido inequitativa además de egoísta, pues no se ha logrado que “todos los que puedan beneficiarse de las vacunas tengan acceso a ellas”.

“Si bien el año pasado se distribuyeron al menos 9 mil millones de dosis, menos del uno por ciento se destinó a personas en países de bajos ingresos. No tiene sentido que tantas personas con menor riesgo de infección en los países más ricos se vacunaran antes de llegar a las personas más vulnerables, incluidos los ancianos, las personas con afecciones médicas subyacentes y los trabajadores de la salud”, manifestó.

Para él, pensar concienzudamente en lo que es la vida humana y las distintas formas, científicas y sociales, que existen o se pueden crear para intentar salvarla, debe ser el norte por el cual todas las personas deberían trabajar. La pandemia de covid-19 mostró las grandes falencias que tiene el ser humano en términos de empatía y cooperación, por lo que para Gates lo importante es retomar de lo aprendido y reconocer que “hacer inversiones ahora” es crucial para “apoyar las innovaciones que evitarán desastres en el futuro”.

“Necesitamos hacerlo mejor la próxima vez que el mundo se enfrente a un patógeno que tenga el potencial de provocar una pandemia (…) Imagínese cuán diferentes habrían sido los últimos dos años si todos en el mundo hubieran tenido acceso a vacunas covid seguras y efectivas dentro de los seis meses. Sé que es difícil pensar en la próxima pandemia a medida que la variante ómicron surge en todo el mundo, pero tenemos la oportunidad de asegurarnos de que el mundo nunca vuelva a experimentar esta dificultad. Invertir en organizaciones como CEPI es un paso importante que nos acerca a un mundo sin pandemias”, concluyó Bill Gates.