La coronación de Carlos III, que incluirá una corona de 1661 y un carruaje de más de 260 años de antigüedad, estará anclada en la historia, pero tendrá algunas novedades.
Dos coronas para el rey
La corona de San Eduardo, pieza central de las joyas de la corona británica, es la que se usará durante la ceremonia. Se utiliza únicamente para las coronaciones y fue llevada por última vez en 1953 por Isabel II, la madre de Carlos III.
Fue fabricada para la coronación de Carlos II en 1661, en substitución de una corona medieval que fue fundida en 1649 por los parlamentarios tras la ejecución de Carlos I.
Esta pieza de oro macizo está engastada con piedras semipreciosas, como rubíes, amatistas y zafiros, y adornada con un casquete de terciopelo púrpura ribeteado con una banda de armiño.
No es una réplica exacta de la desaparecida corona medieval, que se cree perteneció al rey Eduardo el Confesor en el siglo XI.
Pero como ella también lleva cuatro cruces y cuatro flores de lis. El emoji que fue creado para Twitter especialmente en esta ocasión está inspirado en esta corona, que pesa 2,07 kg y fue redimensionada recientemente para ajustarla a la cabeza de Carlos III.
Tras la coronación, el rey llevará la Corona Imperial de Estado, vista por última vez en el funeral de Isabel II en septiembre.
Creada en 1937 para la coronación de Jorge VI, también se utiliza en la ceremonia de apertura del Parlamento.
Pesa 1,06 kg y mide 31,5 centímetros de altura. Está engastada con 2.868 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas, 269 perlas y cuatro rubíes.
Esta corona incluye el diamante Cullinan II, la segunda piedra más grande tallada del diamante Cullinan, que según el Royal Collection Trust es el diamante más grande jamás descubierto.
Y una para la reina
La reina consorte Camila llevará, por su parte, la corona de la reina María, engastada con 2.200 diamantes. Es la primera vez en casi tres siglos que se utiliza una corona ya existente para la coronación de un consorte.
La decisión se tomó “en aras de la sostenibilidad y la eficacia”, afirmó el Palacio. Se hicieron cambios “menores” para “reflejar el estilo individual de Camila” y “rendir homenaje” a la difunta Isabel II.
Así, se incluyeron varios diamantes, los Cullinan III, IV y V, de la colección personal de la difunta reina, que ella lucía a menudo como broches.
Sin embargo, el controvertido diamante Koh-i-Noor, incautado por la compañía británica de las Indias Orientales en 1849, ya no figura en la corona.
Las prendas ceremoniales para la coronación de Carlos III
En su coronación del sábado en Londres, Carlos III lucirá las pesadas vestiduras doradas de sus antepasados, inspiradas en la indumentaria religiosa y destinadas a evocar una naturaleza divina de la realeza.
La mayoría de las prendas ya fueron llevadas por el abuelo de Carlos III, Jorge VI, en su coronación en 1937, y por su bisabuelo, Jorge V, en 1911.
Toga de Estado
La toga de Estado, una larga capa de terciopelo bordada, es llevada por el monarca a su llegada a la Abadía de Westminster. Carlos vestirá la que hizo fabricar Jorge VI, de terciopelo carmesí.
El forro y el encaje de esta prenda fueron conservados hasta la coronación por Ede and Ravenscroft, la sastrería más antigua de Londres que ha confeccionado ropa para todas las coronaciones desde la de los reyes Guillermo III y María II en 1689.
Camisa de lino blanco
El monarca vestirá una sencilla camisa de lino blanco para su unción con el óleo santo.
Colombium sindonis
En latín, el “colombium sindonis” es una prenda que se lleva después de la unción. Se trata de una túnica de lino blanco sin mangas, con un cuello simple cerrado por un solo botón. Ya fue utilizada por el rey Jorge VI.
Supertúnica
La “supertúnica” es una túnica de seda de manga larga, bordada de oro, que se viste después de la ceremonia de la unción.
La prenda se confeccionó para el rey Jorge V y también la llevaron Jorge VI y la reina Isabel II en 1953. Pesa unos dos kilos.
Su estilo ha cambiado poco desde la época medieval y se inspira en las vestiduras religiosas. La seda está tejida con finas piezas de oro.
Cinturón de coronación
Fabricado también en 1937, el “cinturón de espada de la coronación” está hecho de tela bordada en oro y tiene un cierre de oro. Se coloca alrededor de la cintura del monarca, sobre la “supertúnica”.
La hebilla del cinturón lleva estampados los emblemas nacionales. Su cierre sirve para sujetar la “espada de ofrenda”, que se supone que protege el bien y castiga el mal.
Estola real
La larga y estrecha estola de seda bordada en oro se pone sobre los hombros del monarca. Es similar a las estolas que llevan los sacerdotes u obispos.
Manto imperial
Junto con la “supertúnica”, el manto imperial es la otra prenda impresionante de la coronación.
Esta larga capa, que llega hasta el suelo, se lleva sobre la supertúnica. Se confeccionó para la coronación de Jorge IV en 1821 y será la prenda más antigua utilizada en la ceremonia del sábado.
Está confeccionado en tela dorada tejida con hilos de colores. Se cierra en el pecho con un broche de oro que representa un águila.
Los motivos del manto son rosas rojas, cardos azules, tréboles verdes, flores de lis y águilas. Pesa entre tres y cuatro kilos. Guillermo, el hijo mayor del rey Carlos y heredero al trono, ayudará a colocar el manto a su padre.
Guante de coronación
El monarca llevará este guante único de cuero blanco en la mano derecha, con la que sostendrá el cetro del soberano y la cruz durante la ceremonia.
Este guante fue confeccionado para el rey Jorge VI. El puño está bordado con emblemas nacionales como rosas, tréboles, cardos y bellotas en hilo metálico dorado.
Toga de gala
Las togas de gala, que los monarcas coronados llevan al salir de la abadía, son más personales que las togas de Estado que visten al entrar en la iglesia.
Carlos III utilizará la toga de terciopelo de seda púrpura con bordados dorados de su abuelo Jorge VI.
*Con información de AFP