Investigadores de la Universidad de Nueva York anunciaron un nuevo avance en la evolución de los trasplantes de órganos, se trata del injerto exitoso de corazones de cerdo genéticamente modificados en dos personas en estado de muerte cerebral.

Una de las problemáticas a nivel mundial tiene que ver con la escasez de órganos necesarios para miles de pacientes que lo necesitan. Es allí donde aparece una opción que está en etapa de estudio, los xenotrasplantes, es decir, aquellos que son llevados a cabo entre especies filogenéticamente diferentes.

Este fue el caso de un hombre de 57 años que padecía una afección cardiaca potencialmente terminal, en el mes de enero recibió un trasplante de corazón de cerdo genéticamente modificado en el centro médico de la Universidad de Maryland en Estados Unidos.

Expertos aseguran que los trasplantes de órganos de cerdos a humanos serán más cotidianos en los próximos años. Foto: GettyImages. | Foto: GettyImages

Aunque este paciente falleció en marzo, se especula que por un virus porcino difícil de detectar, sin duda fue un avance en el proceso de consolidación de los xenotrasplantes.

Los científicos están utilizando la modificación genética de órganos para tratar de evitar el rechazo que un cuerpo humano pueda generar frente a un órgano de otro animal, como en estos últimos casos del cerdo. El año pasado, cirujanos de la Universidad de Alabama trasplantaron un par de riñones de cerdo editados genéticamente a un paciente humano con muerte cerebral.

En cuanto a los dos pacientes que acaban de recibir los corazones de cerdo modificados genéticamente, se sabe que uno es un hombre de 73 años llamado Larry Kelly, que en anteriores ocasiones se había sometido a dos cirugías a corazón abierto.

Por otro lado, la información del segundo paciente no se ha hecho pública; ya que ambos pacientes tienen muerte cerebral, sus familias tomaron la decisión de donar sus cuerpos a la ciencia y así contribuir al desarrollo de futuros métodos seguros de trasplante de órganos.

“Nuestro objetivo es integrar las prácticas utilizadas en un trasplante de corazón típico y cotidiano, solo con un órgano no humano que funcionará normalmente sin ayuda adicional de dispositivos o medicamentos no probados”, declaraba Nader Moazami, director de trasplante de corazón en el Instituto de Trasplante Langone de la Universidad de Nueva York.

Según los expertos de la Universidad de Nueva York, hasta el momento los órganos implantados funcionan con normalidad y no han generado ningún rechazo por parte de los pacientes, quienes se encuentran conectados al soporte mecánico requerido para ejercer sus funciones vitales básicas.

Los científicos buscarán la respectiva autorización para realizar pruebas en personas vivas. Foto: Getty Images | Foto: winfred evers

“Ha sido una de las cosas más increíbles: ver un corazón de cerdo latiendo y latiendo dentro del pecho de un ser humano. Es un gran privilegio ser testigo”, dijo Robert Montgomery, director del Instituto de Trasplantes Langone.

En cuanto a los corazones de cerdo, proceden de una empresa de biotecnología llamada Revivicor, la cual se dedica a producir cerdos genéticamente modificados. Esta empresa también tiene responsabilidad en el trasplante de corazón de cerdo modificado que se llevó a cabo en enero.

En esta caso, los científicos han tomado medidas extremas para evitar que el órgano implantado contamine al paciente con algún tipo de virus porcino. Se ha puesto en marcha un protocolo para detectar los virus, además de habilitar una sala de cirugía exclusiva para realizar los xenotrasplantes.

“La atención está en aprender, estudiar, medir y tratar de desentrañar realmente lo que está sucediendo con esta tecnología nueva e increíble”, añadió Robert Montgomery, director del Instituto de Trasplantes Langone.

Si se llegan a evidenciar los resultados positivos que se esperan con estos dos últimos trasplantes, los científicos buscarán la respectiva autorización para realizar pruebas en personas vivas, lo cual acercaría cada vez más la posibilidad de que los xenotrasplantes estén al servicio de millones de personas que esperan un órgano que mejore su calidad de vida.