Más de 13 millones de personas infectadas y siete meses conviviendo con el coronavirus es el balance de cómo está avanzando la covid-19. Mientras esto ocurre, cientos de laboratorios de distintos países trabajan en la desgastante carrera por conseguir una vacuna que acabe con el virus, ese enemigo invisible.
Por un lado, Rusia anunció este miércoles haber realizado los primeros ensayos clínicos en seres humanos de una vacuna contra el nuevo coronavirus, que serán completados a finales de julio. Los ensayos, realizados por el Ministerio de Defensa de Rusia y el centro de investigación en Epidemiología y Microbiología Nikolai Gamaleya, comenzaron a mediados de junio en un prestigioso hospital militar en Moscú, con un grupo de voluntarios compuesto, principalmente, por militares rusos, pero también por algunos civiles. El primer grupo, de 18 voluntarios, "terminó su participación y salió del hospital", dijo el Ministerio de Defensa ruso. La tarea principal para este grupo era comprobar la seguridad de la vacuna y la tolerancia del organismo humano a sus componentes, según la misma fuente. Los voluntarios permanecieron hospitalizados durante 28 días después de la vacunación realizada el 18 de junio, y fueron objeto de exámenes diarios. Durante este período, las funciones vitales de su cuerpo permanecieron "dentro de los límites de la normalidad", sin que "ningún efecto adverso grave o complicación fuese registrado", asegura el comunicado. Un segundo grupo de 20 voluntarios, que fueron vacunados el 23 de junio, está actualmente en aislamiento en el hospital bajo control médico, según el comunicado. Al otro lado del mundo La compañía de biotecnología Moderna en asociación con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos anunció que está desarrollando una vacuna que hasta el momento funcionó para desencadenar una respuesta inmune con efectos secundarios leves: fatiga, escalofríos, dolor de cabeza, dolor muscular y dolor en el lugar de la inyección. Así las cosas, esta compañía norteamericana llevaría el liderazgo. Inclusive el presidente Donald Trump dijo: "¡Grandes noticias sobre vacunas!", sin dar más detalles.
Se espera que la vacuna comience a fines de este mes en un gran ensayo de Fase 3, la etapa de prueba final antes de que los reguladores consideren si deben poner a disposición la vacuna. El ensayo se hará con 30.000 participantes en Estados Unidos, la mitad de los cuales recibirán la vacuna en dosis de 100 microgramos, mientras que a la otra mitad se le administrará un placebo.
El mundo avanza para encontrar una vacuna contra la covid-19; cientos de laboratorios muestran importantes avances Moderna señaló en un comunicado de prensa el martes que, si todo va bien en futuros estudios, “la compañía sigue en camino de poder entregar aproximadamente 500 millones de dosis por año, y posiblemente hasta 1.000 millones de dosis por año, a partir de 2021”. En el estudio de Fase 1, “el objetivo era analizar la seguridad y luego analizar las respuestas inmunitarias”, dijo la Dra. Lisa Jackson, investigadora principal del Instituto de Investigación de Salud Kaiser Permanente Washington en Seattle, que participó en el estudio. Los primeros datos se publicaron anteriormente en mayo.
Por ahora, el nuevo estudio “proporcionó información rápidamente que podría usarse para determinar qué dosis seguir adelante con los ensayos de Fase 2 y Fase 3. Esa es una decisión críticamente importante y tener esa información disponible tan pronto después del inicio del ensayo de la vacuna es bastante notable”, dijo Jackson. En China, también se han alcanzado resultados importantes. Por un lado, los científicos trabajan con una vacuna que sea de uso interno del Ejército de ese país, la cual fue aprobada el pasado 29 de junio y desarrollada por el Instituto Científico Militar y la compañía biofarmacéutica china CanSino Biologics. La empresa informó que los ensayos clínicos de Fase I y Fase de II de la vacuna se llevaron a cabo en China y que la Fase II se completó el pasado 11 de junio.Además, señaló que las pruebas confirmaron la "buena seguridad de la vacuna" así como su "alta inmunidad" y un adecuado nivel de respuesta inmune celular. Entre tanto, el 24 de junio la farmacéutica estatal china Sinopharm anunció que comenzaba la Fase III de las pruebas clínicas en Emiratos Árabes Unidos de una posible vacuna, desarrollada conjuntamente con el Instituto de Productos Biológicos y Virología de Wuhan y la Academia China de Ciencias. Por otro lado, la reconocida Universidad de Oxford, en el Reino Unido, también está en la carrera para encontrar un antídoto. Los avances que se conocen hasta ahora es que iniciaron pruebas en el estado de Sao Paulo, el más rico y poblado de Brasil, y el epicentro de la pandemia en el país. La iniciativa es conducida por el Centro de Referencia para Inmunobiológicos Especiales (CRIE) de la Universidad Federal de Sao Paulo (Unifesp), coordinado por Weckx y con el apoyo financiero de la Fundación Lemann, del multimillonario brasileño Jorge Paulo Lemann. En un comunicado, la Fundación Lemann celebró el inicio de los test de la vacuna candidata de Oxford en Brasil, aunque advirtió que los resultados no serán inmediatos. "Los especialistas tienen un camino importante que recorrer antes de poder celebrar buenos resultados. Lo que vendrá después, todavía no lo sabemos", señaló la fundación. Aunque hay varios tipos de vacunas, todas se basan en el mismo principio: exponer al organismo a dosis seguras del virus para que el sistema inmune lo reconozca y desarrolle un mecanismo de defensa ante un posible contagio. El desarrollo de una vacuna dura entre 10 y 15 años normalmente, pero la emergencia sanitaria causada por el coronavirus obligó a que los principales grupos de investigación, monitoreados por la Organización Mundial de Salud (OMS), se pusieran una meta récord de 18 meses para tener el resultado final. *Con información de AFP y Europa Press