Desde 2016, la capital de Eslovenia, Liubliana, estableció un plan de convertirse en una capital completamente verde, realizando acciones concretas en cuanto a movilidad, reciclaje y consumo eficiente de energía.
Liubliana, una ciudad de apenas 30.000 habitantes aproximadamente, se convirtió rápidamente en la ciudad europea con la mayor cantidad de jardines y zonas verdes de toda Europa, con un espacio verde per cápita de 542 metros cuadrados, de acuerdo con el portal El Ágora Diario.
La urbe, que se mimetiza con las zonas verdes propias de la montaña, inició su proceso con el establecimiento de un plan de movilidad en el que se priorizaron las bicicletas y las rutas peatonales, reduciendo al mínimo el transporte en automóvil.
En menos de seis años, la capital eslovena construyó rutas y vías para que las bicicletas pudieran movilizarse con tranquilidad y un sistema de bicicletas compartidas con más de tres millones de viajes en cuatro años.
El resultado ha sido el esperado pues el uso de vehículos en la ciudad es casi inexistente y los ciudadanos se mueves tanto en transporte público como en bicicletas a través de rutas rehabilitadas y que se apoyan con equipos de entrenamiento para que los ciudadanos se pongan en forma.
Gracias a esto, según el portal de noticias, se ha conseguido una reducción de más del 70% de la contaminación atmosférica en el casco urbano lo que pone a Liubliana como una de las ciudades con la mejor calidad de aire del mundo.
Con esto, la ciudad ha logrado también incentivar el turismo con zonas cercas al río Liublianica por el que los visitantes pueden dar paseos a las orillas del río y hacer tardes de picnic.
Además de la reducción de contaminación, la capital de Eslovenia se propuso concientizar a sus ciudadanos del buen uso de la energía de sus hogares, modernizando las redes eléctricas, así como la mejora del alumbrado público.
Con el uso de las redes sociales, también se promueven campañas de acción climática como la de las abejas, explica el portal de noticias.
En cada tejado o parada de autobús hay zonas verdes para que puedan llegar las polinizadoras y no se corta el césped para asegurarles su alimentación.
Finalmente, Liubliana también le apuesta a la economía circular con una estrategia para limitar la producción de residuos e incentivar el reciclaje siendo la urbe del continente con la mayor cuota de residuos recogidos por separado.
De hecho, explica El Ágora Diario, cuenta con un plan de reciclaje puerta a puerta donde se reciben cuatro tipos de residuos, envases, papel, residuos orgánicos y mixtos, así como sanciones para quienes no cumplan con las normas de reciclaje.
Aguas residuales de Roma podrían ayudar a prevenir futuras pandemias: ¿por qué?
Las aguas residuales de las ciudades pueden convertirse en una fuente de información para los científicos que buscan respuestas en muchas enfermedades como la covid-19.
Aunque puede parecer desagradable, en las aguas residuales de Roma los antropólogos determinaron sobre la dieta de las antiguos romanos, ahora los científicos buscan alertas tempranas para enfermedades como la covid-19.
Los informes sobre el coronavirus se han establecido gracias a las pruebas clínicas, pero algunos expertos señalan que en estas aguas se puede encontrar información más clara sobre la enfermedad.
En el Instituto de Salud de Italia, científicos han estudiado las aguas residuales de todo el país. En la investigación encontraron que el virus ya estaba en la nación europea desde noviembre de 2019, meses antes de reportar los primeros casos, así lo dio a conocer un informe de CNN.
Según destacó el mencionado medio de comunicación, monitorear detalladamente las aguas residuales se convirtió en una potente herramienta para detectar enfermedades.
“Esto nos permite anticipar que el virus está presente. En este caso específicamente de ómicron”, comentó la investigadora Elisabetta Suffredini, en palabras recogidas por CNN. La científica añadió que los análisis en las aguas residuales permiten crear una alerta temprana y “permite entender cómo está distribuido el virus y cómo se está propagando”.
Según los científicos, las heces humanas tienen rastros genéticos de la covid-19, para poderlo detectar días antes que sea analizado en pruebas clínicas.
En Italia están haciendo un sistema de monitoreo de aguas residuales, un proyecto que está liderado por la doctora Giuseppina La Rosa. La experta señala que las aguas son como “ojos en todo el territorio que cuentan lo que está circulando entre la población”.