En las últimas horas, la Nasa dio a conocer que el próximo miércoles, 28 de junio, un inmenso asteroide pasará cerca a la Tierra. No obstante, los especialistas esperan que no sea peligroso, a pesar de que existe la posibilidad de que ingrese en órbita.

De acuerdo con la entidad científica, la roca espacial llamada 2013 WV44, tiene un diámetro de 160 metros aproximadamente y viaja a una velocidad de 11,8 kilómetros por segundo.

La Nasa informó que el asteroide 2013 WV44, se estima que no se acercará a más de 0,02334 unidades astronómicas, o de 3,4 millones de kilómetros.

La Nasa informó que el asteroide 2013 WV44, pese a que se acerca a la Tierra, se estima que no se acercará a más de 0,02334 unidades astronómicas. | Foto: © Jonathan Knowles 2011

Asimismo, explicó que con su tamaño y su proximidad, la gigante roca ingresa en la definición de “potencialmente peligroso”. Esto pasa cuando se aproxima a una distancia dentro de las 0,05 unidades astronómicas y tener más de 140 metros de diámetros.

Sin embargo, la Nasa asegura que este asteroide no es considerado como una amenaza, debido a que se encontrará a casi nueve veces la distancias entre la Tierra y la Luna.

Se espera que el gigante rocoso ingrese a la órbita, ya que, la ‘esfera de la colina’ de la Tierra, región donde su propia gravedad es la fuerza dominante que atrae a los satélites, tiene un radio de 14,9 millones de kilómetros.

Por otra parte, un equipo internacional de científicos utilizó los datos recogidos por el telescopio espacial James Webb, de la NASA, para detectar una molécula de carbono conocida como catión metileno (CH3+), que es considerado “especialmente importante” al tener la propiedad de reaccionar con una amplia gama de moléculas e iniciar así el crecimiento de otras más complejas y esta es la primera vez que se detecta desde que se teorizó sobre su “papel vital” en la química interestelar del carbono, en los años 70.

Estas imágenes de Webb, muestran una parte de la nebulosa de Orión conocida como la Barra de Orión. | Foto: Crédito: ESA/Webb, NASA, CSA, M. Zamani (ESA/Webb) y el equipo de Primeras Observaciones Científicas PDRs4All

En concreto, la molécula se localizó en el disco planetario d203-506, situado a unos 1.350 años luz, en la nebulosa de Orión. Se trata de una pequeña estrella enana roja, con una masa de solo una décima parte de la del Sol, que es bombardeada por una fuerte radiación ultravioleta, según se ha detallado en un comunicado en la página de internet de Webb.

En este sentido, se subrayó que la mayoría de los discos protoplanetarios que forman planetas pasan por un periodo de radiación ultravioleta intensa, como habría ocurrido en el disco protoplanetario que dio lugar al Sistema Solar, que también estuvo sometido a una gran cantidad de radiación ultravioleta emitida por una estrella compañera del Sol, que murió hace mucho tiempo.

De este modo, el estudio predice que la presencia de CH3+ está relacionada con la radiación ultravioleta, que proporciona la fuente de energía necesaria para que se forme dicha molécula. El periodo de radiación ultravioleta experimentado por ciertos discos, parece tener un profundo impacto en su química pues, por ejemplo, las observaciones de Webb de discos protoplanetarios que no están sometidos a una intensa radiación ultravioleta, procedente de una fuente cercana, muestran una gran abundancia de agua, en contraste con d203-506, donde el equipo no pudo detectar agua en absoluto.

Esta imagen, tomada por la cámara de infrarrojo cercano (NIRCam) de Webb, muestra una parte de la nebulosa de Orión conocida como la Barra de Orión. | Foto: Crédito: ESA/Webb, NASA, CSA, M. Zamani (ESA/Webb) y el equipo de Primeras Observaciones Científicas PDRs4All

El autor principal, Olivier Berné, de la Universidad de Toulouse (Francia), explicó en este sentido que “esto demuestra claramente que la radiación ultravioleta puede cambiar por completo la química de un disco protoplanetario”. “De hecho, podría desempeñar un papel fundamental en las primeras etapas químicas de los orígenes de la vida al ayudar a producir CH3+, algo que quizá se haya subestimado anteriormente”, sentenció.

Por su parte, la espectroscopista y miembro del equipo científico del estudio, Marie-Aline Martin, de la Universidad de París-Saclay (Francia), destacó que “esta detección de CH3+, no solo valida la increíble sensibilidad de James Webb, sino que también confirma la postulada importancia central del CH3+ en la química interestelar”.

“Nuestro descubrimiento solo fue posible porque astrónomos, modalizadores y espectroscopistas de laboratorio unieron sus fuerzas para comprender las características únicas observadas por James Webb”, agregó sobre el estudio, en el que han participado investigadores del Instituto de Física Fundamental y del Observatorio Astronómico Nacional.

*Con información de Europa Press.