Este viernes 4 de marzo, la Corte Suprema de los Estados Unidos dio a conocer su fallo frente al proceso de impugnación de una decisión judicial que, en 2020, levantó la pena de muerte inicialmente dictada en contra de Dzhokhar Tsarnaev, conocido mediáticamente como ‘el atacante de Boston’.
En su decisión, la Corte Suprema de Estados Unidos, máxima entidad judicial de ese país, dio la razón al Departamento de Justicia que había presentado una impugnación a un fallo proferido en 2020 por un tribunal inferior en el que se revocaba la providencia emitida inicialmente en contra del responsable del atentado terrorista ocurrido en el marco de la Maratón de Boston de 2013, el cual dejó un saldo de tres personas muertas y más de 280 heridas.
En su momento, la pena de muerte en contra de Tsarnaev había sido revocada en virtud, según el fallo emitido en aquella ocasión, de que se había violado su derecho a un juicio justo, el cual está consignado en la sexta enmienda de la Constitución de ese país.
No obstante, la decisión dada a conocer este viernes advierte que Tsarnaev, de 28 años y de origen checheno, sí contó con las garantías de un juicio justo y un jurado imparcial.
El caso de la maratón de Boston
El recordado hecho terrorista ocurrió en el marco de una competencia deportiva anual organizada en la ciudad de Boston, Estados Unidos, en abril de 2013, cuando dos jóvenes, los hermanos Tsarnaevm, activaron dos cargas explosivas en inmediaciones de la línea de meta.
Tras el atentado, ocurrido el día 15 de ese mes, y luego de que sus fotografías fueran difundidas por los medios de comunicación, los hermanos Tsarnaev fueron reconocidos por agentes de Policía cuando intentaban adelantar un robo a un establecimiento comercial, momento en que se desencadenó una confrontación armada que derivó en la muerte del hermano mayor, Tamerlan Tsarnaev, mientras que Dzhokhar logró escapar herido.
Finalmente, el joven fue detenido cinco días después del atentado de Boston y llevado a juicio.
En las interrogaciones adelantadas al atacante, quien también había vivido un tiempo en Rusia ―llegando a Estados Unidos a los 8 años― este confirmó que las motivaciones del atentado estaban ligadas a asuntos políticos y que buscaban vengar a las víctimas inocentes que había dejado la incursión armada de EE. UU. en Iraq.
Tras su captura, el joven fue sometido a juicio y en mayo de 2015 autoridades judiciales habían determinado que sería condenado a pena de muerte, la cual fue revertida en julio de 2020, luego de que un juzgado menor advirtiera presuntos errores procedimentales en el caso.
En aquel entonces también se pudo determinar que, además de las dos cargas explosivas activadas en la maratón, los responsables del ataque, quienes serían seguidores del Islam, tenían en su poder otras cuatro bombas de fabricación casera.
Ahora, con la decisión de la Corte, el joven vuelve a estar condenado a pena de muerte, fallo al que se suma una sentencia vigente de 20 cadenas perpetuas.