La invasión de Rusia a Ucrania y las constantes amenazas de China a Taiwán son las amenazas que los gobernantes del G7 tratarán esta semana en Hiroshima para intensificar la presión contra los gobiernos de Vladimir Putin y Xi Jinping.
La cumbre de tres días de las grandes economías mundiales empezará el próximo viernes 6 y su extensa agenda abarcará temas como la energía o la inteligencia artificial (IA), pero se enfocará en quienes han ayudado a Moscú a eludir las sanciones en su contra.
Los gobernantes también trazarán un plan respecto a China, presentando una postura unida sobre Taiwán y resaltando la necesidad de reducir riesgos en las cadenas de suministros, buscando alternativas al gigante asiático.
La reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G7, en abril, que preparó el terreno para la cita de Hiroshima, se centró fuertemente en China y puso a Pekín sobre aviso en torno a las “actividades de militarización” en el mar de China Meridional.
Los jefes diplomáticos advirtieron a Pekín sobre una serie de asuntos, desde su arsenal nuclear hasta sus prácticas comerciales, y se espera que la cumbre apoye minimizar la influencia china en las cadenas de suministro más cruciales.
Washington ha adoptado una postura agresiva, impidiendo que China pueda acceder a los semiconductores más avanzados y a los equipos necesarios para su fabricación, y convenció a Japón y a Países Bajos de hacer lo mismo.
Pero el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, afirmó esta semana que el bloque debe “definir” y “recalibrar” sus relaciones con China.
“Buscamos un abordaje polifacético para nuestras relaciones económicas con China”, declaró la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Von der Leyen citó ejemplos específicos de los intentos de China de coaccionar económicamente a Lituania, Japón y Australia. “Somos los más vulnerables a la coerción [...] Por eso estamos tomando medidas”, explicó.
Europa enfureció a Pekín al proponer la restricción de exportaciones de tecnología sensible a ocho firmas chinas sospechosas de enviarla a Rusia.
Se espera que en la cumbre de Hiroshima se busquen acciones comunes para colmar las lagunas del régimen de sanciones que los países del G7 han impuesto contra Rusia.
En el encuentro participarán Japón, el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia y la Unión Europea (UE). El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, intervendrá por video.
“Espero que el acatamiento y aplicación de sanciones sean temas clave (de la cumbre), especialmente en países no alineados, países del sur, así como la posible reducción del tope de precios del petróleo, que Ucrania persigue”, adelantó Maria Snegovaya, investigadora para Rusia y Eurasia del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).
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La cumbre tendrá numerosos invitados, señal del interés de Japón en expandir la influencia del bloque entre los países en desarrollo, con la presencia de líderes de India, Brasil e Indonesia.
Aunque la guerra en Ucrania le dio mayor relevancia al G7, Tokio y otros creen que se necesitan mayores esfuerzos por atraer a países renuentes a tomar partido en las disputas con Moscú y Pekín.
Así ha quedado en evidencia con la falta de acuerdo en el Grupo de los 20, donde China y Rusia han rechazado las referencias a la guerra en Ucrania en las declaraciones del bloque.
“Japón considera que tanto China como, en menor medida, Rusia, están haciendo avances con ayuda económica y mensajes anti-Occidente”, señaló Chris Johnstone, encargado de Japón en el CSIS.
Se espera que el G7 emita una declaración sobre el desarme, que el primer ministro japonés, Fumio Kishida, ha querido reforzar como parte de la agenda al celebrar la cumbre en su distrito electoral de Hiroshima.
Al margen de la cita, un encuentro trilateral de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón ayudará a afianzar las relaciones entre Tokio y Seúl.
Con información de AFP