El presidente estadounidense, Joe Biden, hizo público este viernes un memorando en el que pide al secretario de Estado, Antony Blinken, que prosiga con la ayuda a Colombia en la lucha contra el narcotráfico.
El texto firmado por Biden afirma que el tráfico de drogas representa una “extraordinaria amenaza” para la seguridad nacional de Colombia.
“Es necesaria la prohibición de aeronaves de las que se sospeche razonablemente que se dedican principalmente al tráfico ilícito de drogas en el espacio aéreo de ese país”, señala.
El Gobierno de Biden suspendió este año la recogida de datos sobre las hectáreas de coca sembradas en Colombia, pese a que el 97 % de la cocaína que entra en Estados Unidos procede del país suramericano.
Pero, según el subsecretario adjunto de la Oficina para América Latina y el Caribe del Departamento de Estado, Mark Wells, esto no significa que se desentienda.
Washington está “preocupado por los niveles crecientes en la producción de coca y cocaína” en territorio colombiano, afirmó Wells a finales de julio en el Congreso.
Según el más reciente informe de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas (ONDCP) estadounidense, Colombia tenía en 2021 unas 234.000 hectáreas de hoja de coca cultivadas, en contraste con las 245.000 de 2020.
El presidente izquierdista, Gustavo Petro, es un férreo crítico de la “fracasada” guerra antidrogas y propone concentrarse en el consumo más que en la producción, así como en detener la persecución de los pequeños cultivadores.
Estados Unidos confirma que dejará de monitorear los cultivos ilícitos en Colombia
El pasado 14 de julio, el Gobierno del presidente, Joe Biden, abandonó de manera silenciosa un indicador clave usado durante décadas para medir el éxito en la lucha contra las drogas, al suspender el monitoreo satelital de los cultivos de cultivos ilícitos en Colombia en medio de un aumento en la producción de cocaína en Sudamérica.
Un portavoz del Departamento de Estado indicó que la medida era “temporal”, pero no dio un plazo para la reanudación de la recopilación de datos ni explicó por qué se suspendió. Tampoco se sabe si los estudios satelitales continuarán en Perú y Bolivia, que en conjunto representan aproximadamente la mitad de la producción de coca en la región andina.
La medida provocó indignación entre los republicanos del Congreso de Florida, que han estado exhortando al presidente a que se descalifique al Gobierno de Colombia por no cooperar con la lucha antinarcóticos de Estados Unidos.
Pero coincide con la campaña del presidente Petro para reenfocar las actividades policiales fuera de los remansos rurales donde se cultiva coca, y en lugar de ello perseguir a los narcotraficantes en gran escala y lavadores de dinero que obtienen la mayor parte de las ganancias del tráfico de drogas.
“Evaluamos constantemente la efectividad de varias medidas antinarcóticos y hacemos cambios en nuestras labores según sea necesario”, dijo el portavoz del Departamento de Estado estadounidense en un comunicado enviado por correo electrónico.
El vocero hizo las declaraciones bajo la condición de guardar el anonimato, porque esas son las políticas de la agencia. “Seguimos trabajando con el Gobierno de Colombia en el monitoreo de cultivos ilícitos de coca”.
Reacciones ante la decisión de Estados Unidos
Las autoridades de Estados Unidos no han comentado qué provocó el cambio de política, pero los republicanos han aprovechado esta decisión para atacar al presidente Petro, en un momento en que él busca mejorar los vínculos con el gobierno venezolano e intenta llegar a un acuerdo con el ELN, la última insurgencia de izquierda que aún opera en Colombia.
“Este es un regalo para el Gobierno de Petro”, declaró el senador de Florida Marco Rubio, vicepresidente de la Comisión Selecta del Senado sobre Inteligencia y miembro sénior de la Comisión de Relaciones Exteriores, en una declaración a The Associated Press. “Es otro ejemplo de cómo el gobierno de Biden da concesiones a Gobiernos de extrema izquierda en la región”.
*Con información de AFP