China anunció este jueves la suspensión de todas sus importaciones de productos del mar procedentes de Japón por el vertido de aguas residuales de la planta nuclear de Fukushima al océano Pacífico.
“Con el fin de prevenir de manera integral los riesgos para la seguridad alimentaria de la contaminación radiactiva causada por la descarga de aguas residuales nucleares de Fukushima al mar”, China decidió “suspender completamente la importación de productos del mar procedentes de Japón a partir del 24 de agosto de 2023″, dijo la autoridad aduanera china en un comunicado.
Detenidos en Seúl por intentar entrar en embajada de Japón en protesta por Fukushima
Más de 10 personas fueron detenidas por intentar penetrar en la embajada de Japón en Seúl durante una protesta por el vertido de agua en el océano de la planta nuclear de Fukushima, informó la policía.
“Más de 10 personas han sido arrestadas por intentar entrar en la embajada”, dijo a la AFP un oficial de policía.
Japón inició este jueves la descarga al océano del agua residual acumulada en la accidentada central nuclear de Fukushima en un plan defendido como seguro por Tokio y la agencia reguladora de la ONU, pero que ha despertado recelo en países vecinos.
El vertido al mar del agua de Fukushima, ¿seguro o preocupante?
El vertido al mar es de más de 1,3 millones de metros cúbicos de agua procedentes de la planta nuclear de Fukushima, destruida por un masivo terremoto y un tsunami en 2011.
Tanto Tokio como expertos internacionales argumentan que la operación no representa peligro alguno porque el agua fue tratada y el proceso será gradual. Pero algunos países vecinos, sobre todo China, han expresado su preocupación.
¿Por qué se vierte en el océano?
La central de Fukushima Daiichi genera en promedio más de 100.000 litros de agua contaminada al día. Se trata de agua pluvial, proveniente de las capas subterráneas o de inyecciones necesarias para enfriar sus reactores.
El agua se recupera, se filtra y luego se almacena en el propio recinto, pero las capacidades disponibles están casi saturadas.
Desde 2011, el operador Tepco ha acumulado más de 1,3 millones de toneladas (el equivalente a la capacidad de casi 540 piscinas olímpicas) de agua en cisternas gigantes.
Tras años de reflexión, Japón optó en 2021 por descargar el agua en el mar a través de un conducto submarino construido especialmente para la operación.
El procedimiento, en el que se echarán al mar un máximo de 500.000 litros al día, será supervisado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y durará hasta 2050. El OIEA aprobó el plan nipón en julio.
¿No existe peligro alguno?
El agua se trata mediante un proceso de filtración denominado “Sistema Avanzado de Tratamiento de Líquidos” (ALPS).
El sistema permite eliminar la mayor parte de las sustancias radiactivas, con excepción del tritio, que necesitaría otro tipo de tecnología.
El tritio es un radionucleido que se encuentra de forma natural en el agua de mar y tiene escaso impacto radiológico.
Si se inhala o ingiere, puede presentar un riesgo, pero solo las dosis muy altas son perjudiciales para la salud humana, indican los expertos.
TEPCO prevé diluir el agua con tritio para reducir su nivel de radioactividad a un nivel muy inferior al umbral de peligrosidad.
Desde hace décadas, las centrales nucleares y las plantas de procesamiento de residuos nucleares liberan tritio en el agua de forma regular, recordó a la AFP Tony Hooker, especialista en radiación de la Universidad de Adelaida (Australia).
“No hemos identificado ningún impacto sobre el medioambiente o la salud”, subrayó.
¿Quién está preocupado y por qué?
El plan del Gobierno nipón, sin embargo, genera inquietudes. La oenegé ecologista Greenpeace acusó a las autoridades de minimizar los riesgos de radiación.
Los pescadores japoneses también temen que afecte la imagen de sus productos.
China, por ejemplo, prohibió en julio la importación de productos alimentarios de diez prefecturas japonesas e impuso controles de radiación a los del resto del archipiélago.
Los territorios chinos de Hong Kong y Macao decretaron medidas similares.
Para Pekín, el plan japonés es “extremadamente egoísta e irresponsable”. Tokio quiere usar el océano Pacífico como si fuera una “cloaca”, denunció.
Por su parte, Corea del Sur no rechaza el plan japonés. Pero tanto la oposición como la población están preocupados.
Ya se produjeron manifestaciones en contra en el país y algunos ciudadanos, alarmados, hicieron acopio de sal marina por temor a que el agua de la que se obtiene termine contaminada.
¿Qué ha hecho Japón para tranquilizar?
Tanto el Gobierno nipón como el operador TEPCO tratan desde hace meses de convencer a los escépticos.
Para ello han organizado visitas a la central de Fukushima, sesiones de información técnica o retransmisiones en directo en YouTube de un experimento en el que peces nadan en cuencas de agua tratada y diluida.
Tokio también lucha contra la desinformación en línea que se publica alrededor del proyecto.
*Con información de AFP.