El ministro de Defensa japonés, Yasukazu Hamada, confirmó que Estados Unidos enviará al menos una docena de aviones de caza F-22 a su base aérea de Kadena, ubicada en Japón. Un anuncio que se conoce cuando vuelven a escalar las tensiones en la región asiática por cuenta del lanzamiento de misiles norcoreanos en las últimas horas.

De acuerdo con la agencia de noticias Jiji Press, el ejército norteamericano pondrá en marcha el despliegue como parte de una alternativa temporal, ya que los aviones de combate F-15 están empezando a quedar obsoletos. Tokio ya fue informado de la medida que se espera se consume en estos primeros días de noviembre.

El titular de Defensa nipón afirmó que Washington retirará gradualmente las aeronaves que ya no considere útiles y las cambiará por unidades permanentes con tecnología más desarrollada. Inicialmente, se prevé que el despliegue de cazas F-22 se realice cada seis meses, mientras las que serán sustituidas empezarán a retornar a suelo estadounidense.

Rusia llama “a la calma”

El gobierno de Vladimir Putin instó a que las partes en disputa en la región asiática busquen mantenerse en “calma”, luego de que una serie de lanzamientos de misiles norcoreanos volviera a elevar las hostilidades. “Todas las partes de este conflicto deben evitar tomar medidas que puedan provocar un aumento de las tensiones (...). La situación en la península ya es lo suficientemente tensa”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Para este organismo, se debe evitar “dar pasos” que puedan instigar y elevar aún más el nivel de choques. El llamado de Moscú llega cuando Pionyang renovó sus “provocaciones” balísticas con el lanzamiento de más de veinte misiles y disparos de artillería en menos de 24 horas.

Uno de estos estuvo cerca de aguas surcoreanas, algo que no ocurría desde 1945 cuando la península se dividió. El gobierno de Yoon Suk-yeol aseguró que estaban tomando dichas acciones como “una invasión territorial de hecho” y, pese a que inicialmente había informado de 10 misiles, luego actualizó la cifra a 23.

Algunos expertos consideran que este panorama, sumado al centenar de disparos de artillería son una represalia “agresiva y amenazante” de Kim Jong-Un a los ejercicios militares que adelantó Estados Unidos en conjunto con Corea del Sur. Como respuesta, este último activó tres misiles aire - tierra cerca de la zona en la que cayó el proyectil norcoreano.

La ráfaga de disparos también obligó a que las autoridades surcoreanas (que la describieron como “intolerable”) pusieran en marcha una advertencia de ataque aéreo en el este, específicamente en la isla de Ulleungdo. También se instó a la población a que buscara refugios en búnkeres.

Japón condena nuevas “provocaciones”

El gobierno japonés también permanece en alerta por las últimas acciones de Pionyang y denunció que su territorio nuevamente estaba siendo blanco de lanzamientos. Desde el Ministerio de Defensa se advirtió que las acciones de norcorea amenazan la seguridad de la región y de la comunidad internacional, razón por la que son descritas como “absolutamente inaceptables”.

“Corea del Norte lanzó un potencial misil balístico desde su costa este, en dirección este. Los detalles aún se están analizando, pero voló a una distancia corta, a una velocidad máxima. Altitud de menos de 50 kilómetros, que era extremadamente baja, cayendo en aguas fuera de la Zona Económica Exclusiva de Japón”.

A comienzos del mes pasado, Pionyang protagonizó nuevamente tensiones con pruebas balísticas consecutivas, y con uno de los misiles sobrevolando el mar de Japón. Se trató del primer proyectil que pasó por territorio nipón desde 2017.

*Con información de AFP y Reuters.