Varios miles de indígenas de Ecuador llegaron el lunes 20 de junio en horas de la noche a Quito, en el octavo día de protestas contra el gobierno del conservador Guillermo Lasso, cuyo manejo de la situación fue tildado de “errático” por parte del Legislativo. Aunque se mantenían en las entradas de la capital ecuatoriana, ahora sí con el grupo que arribó, decidieron ingresar a las calles de la ciudad.
Con 81 de los 137 votos, el Legislativo, en el que el partido indígena Pachakutik es la segunda fuerza, aprobó una resolución en la que exige al gobierno una propuesta “seria, clara y honesta” de diálogo. Además, llamó a una mesa de trabajo a organismos como la ONU, la Cruz Roja, universidades y la Iglesia católica para proponer mecanismos de solución.
Tras la llegada de la marcha a la capital, Lasso amplió el estado de excepción que desde el sábado estaba vigente en las provincias de Pichincha (cuya capital es Quito), Cotopaxi e Imbabura, a las andinas Chimborazo y Tungurahua, y la amazónica Pastaza. “Con esta decisión se precautela el bienestar de la ciudadanía frente a la violencia. A la vez se tutelan los derechos de quienes se manifiesten pacíficamente”, señaló la casa de gobierno a través de su secretaría de Comunicación.
A pie, en motocicletas y en abarrotados camiones, los indígenas iniciaron una marcha pacífica desde el sector de Cutuglagua, en la entrada sur de la capital. Al final se concentraron en universidades que sirven de albergue en el norte de la ciudad, de tres millones de habitantes. Algunos cientos de indígenas también entraron por el norte. En la costera Guayaquil (suroeste) se registraron dos marchas multitudinarias: una por la paz y otra en contra el gobierno.
La opositora Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), que participó en revueltas que derrocaron a tres mandatarios entre 1997 y 2005, impulsa desde hace una semana marchas en Quito y otras ciudades, y bloqueos de rutas para reclamar al Ejecutivo una rebaja de precios de combustibles.
El galón de diésel subió un 90% (a 1,90 dólares) y el de gasolina corriente en 46% (a 2,55) en casi un año. Desde octubre pasado los precios están congelados por la presión social. La Conaie, liderada por Leonidas Iza desde 2021, reclama rebajarlos a 1,50 y 2,10 dólares, respectivamente. En una semana, las manifestaciones han dejado 63 agentes heridos y otros 21 retenidos y liberados, según la Policía.
La Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos reportó a su vez 79 detenidos, 55 civiles heridos. Además, la policía informó que tres personas cayeron a una quebrada en Quito y una de ellas, un joven de 22 años, falleció. No obstante, destacó que estos casos “no tienen nada que ver con las actividades de mantenimiento del orden” y que son “accidentales”.
Lasso acusó al movimiento indígena de tener la intención de poner fin a su gobierno, que inició en mayo de 2021. “Hemos tendido la mano, hemos llamado al diálogo, pero ellos no quieren la paz, ellos buscan el caos, quieren botar al presidente”, declaró el gobernante en un video divulgado en su cuenta en Twitter.
Para aceptar conversar, los indígenas, que representan más de un millón de los 17,7 millones de ecuatorianos, piden que el gobernante atienda un pliego de 10 demandas. Pero Lasso ha enfatizado que la rebaja de los combustibles no es negociable. En la caravana, que ocupó los dos carriles de una gran avenida, iban hombres y mujeres con niños en brazos. Unos llevaban banderas de Ecuador y otros palos y escudos de madera y metal.
Con información de AFP