En Nicaragua la dictadura del sandinista, Daniel Ortega, rompió sus relaciones con el Vaticano tras meses en los que las tensiones entre el oficialismo y la Iglesia Católica se han recrudecido. Fuentes cercanas a la Santa Sede le confirmaron a Confidencial la decisión que eleva aún más las tensiones, ya marcadas por recientes choques.
Según ese medio, la representante de Ortega ante el Vaticano, Yara Suhyén Pérez Calero, expresó “verbalmente” la decisión de dejar sin efecto el vínculo que venía sufriendo fricciones. El anuncio se conoce poco después de que el papa Francisco relacionara, en entrevista con Infobae, la administración sandinista con “dictaduras comunistas o hitlerianas”.
En ese medio, el sumo pontífice se refirió a las recientes decisiones del país centroamericano como el veto a las procesiones de Semana Santa y el destierro y retiro de la ciudadanía a decenas de opositores. Sus palabras también hicieron alusión a la acusación que hace algunos días hizo Ortega del Vaticano al que señaló de albergar una “mafia” y sobre el que cuestionó que no hubiese una “democracia” para designar a sus miembros.
“Yo ahí, con mucho respeto, no me queda de otra que pensar en un desequilibrio (...). Ahí tenemos un obispo preso (Rolando Álvarez), un hombre muy serio, muy capaz que quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio. Son un tipo de dictaduras groseras o para usar una distinción linda de Argentina, guarangas”, respondió el jerarca de la Iglesia Católica.
Confianza de la institución religiosa
En medio de las tensiones, la iglesia nicaragüense espera que la diplomacia sea la mediadora para que los choques en territorio centroamericano lleguen a su fin. Así lo aseguró el cardenal, Leopoldo Brenes, después de las críticas que abiertamente reiteró el papa Francisco sobre la situación en ese país.
“Yo pienso que es muy difícil decir cuando comienza el diálogo, cuando termina. Yo siempre pienso que el diálogo y el trabajo que tenemos que hacer es como esa gotita de agua: la gota de agua, yo siempre digo, no rompe la piedra por la fuerza, sino por la constancia”, dijo Brenes, arzobispo de Managua, a AFP.
“Nosotros en Nicaragua hemos tenido situaciones muy difíciles en los años 80 y nadie pensaba que podíamos solucionarlo”, agregó y, sobre lo que dijo Francisco, explicó que “él manifestaba los sentimientos de dolor, de tristeza que pueden producirse en situaciones que pueden ir dándose en los países, pero siempre es el mensajero de la paz, mensajero de la reconciliación”.
Años de hostilidades
Las relaciones entre Nicaragua y buena parte de la comunidad internacional han estado marcadas por hostilidades, a raíz de la represión aplicada desde el Gobierno contra los opositores. A comienzos del mes pasado más de 200 presos políticos fueron liberados y trasladados a Estados Unidos, a algunos se les retiró su ciudadanía, lo que agudizó más los ánimos.
Centenares de ellos habían sido detenidos en el contexto de las multitudinarias protestas de 2018 contra el gobierno de Daniel Ortega. Desde entonces, los choques se han extendido a las autoridades eclesiásticas por los cuestionamientos recibidos desde el interior de la Iglesia.
Esta semana el Ministerio de Gobernación canceló la personería jurídica de la Universidad Juan Pablo II, de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, una medida que se aplicó también a la Universidad Cristiana Autónoma de Nicaragua (UCAN) ante supuestos “incumplimientos” de leyes.
Según el Gobierno, ambos centros educativos “han obstaculizado el control y vigilancia de la Dirección General de Registro y Control de Organismos sin Fines de Lucro” del ministerio, indicó la resolución con la que se hizo efectivo el cierre.
*Con información de AFP.