Ian Wilmut, embriólogo británico y uno de los científicos detrás de la creación del primer mamífero clonado en el mundo, conocido como la oveja Dolly, murió a los 79 años, de acuerdo con información de la Universidad de Edimburgo.
Oveja Dolly
Dolly fue el primer mamífero clonado en el mundo y con su nacimiento el 5 de julio de 1996, los científicos que participaron del experimento marcaron una nueva era en la ciencia universal abriendo la polémica posibilidad de la clonación humana. En ese momento la clonación de Dolly se llevó a cabo, a partir de células adultas.
Wilmut solía decir, de acuerdo con el diario El País de España, que su colega Keith Campbell, quien falleció en 2012 a los 58 años, era quien había hecho la mayor parte del trabajo en la creación de Dolly. Campbell era biólogo de profesión y murió después de haberse ahorcado de manera accidental mientras estaba ebrio.
Clonación
La clonación animal consiste en producir un animal, que es esencialmente una copia de otro. Para lograr la clonación los científicos unen el núcleo de un óvulo no fecundado, por el núcleo de otra célula, en este caso se uso una célula mamaria y luego el embrión se implanta en otro individuo hasta su desarrollo.
La oveja Dolly, que murió en 2003 seis años después de haber nacido como producto de la clonación, no fue el primer animal en ser clonado en el mundo. Aunque Dolly nació en 1996, su nacimiento solamente fue anunciado siete meses después, el 22 de febrero de 1997.
Dolly fue la única oveja resultante de 277 fusiones de óvulos anucleados con núcleos de células mamarias, el mismo Wilmut explicó en ese momento de donde venía el nombre de Dolly: “Dolly proviene de una glándula mamaria, y no pudimos pensar en un par de glándulas más impresionantes que las de la cantante Dolly Parton”.
En el año 1962 el científico John Gurdon logró clonar una rana, un hito por el que recibió el Nobel de Medicina medio siglo después.
Polémica
Cuando se anunció el nacimiento de Dolly, el propio Wilmut expresó su inquietud frente al éxito de la posibilidad de la clonación, que habían desarrollado con su equipo: “Somos conscientes de la posibilidad de utilizar mal este descubrimiento”, advirtió.
Wilmut habló específicamente del gran temor que despertó en ese momento la posibilidad de que la clonación animal se conviertiera en un precedente para la clonación humana, un hecho científico base de muchas historias distópicas literarias como el libro Un Mundo Feliz.
“Clonar gente sería meternos en el terreno de la ciencia ficción. Todos los que participamos en esta investigación lo consideramos contrario a la ética”, declaró en ese momento.
El mismo Wilmut habló sobre la importancia de regular este tipo de actividades: “Creemos que es importante que la sociedad decida cómo quiere emplear esta técnica y se asegure de prohibir lo que desee prohibir. Sería desesperadamente triste que la gente empezase a usar esta técnica con la gente”, afirmó el científico de acuerdo con el diario El País de España, según un testimonio recogido por el documental estadounidense de 2001, Jugando a ser Dios.