En la noche del miércoles 7 de diciembre se confirmó la detención del destituido presidente de Perú, Pedro Castillo. Así mismo, la Fiscalía Nacional lo señaló por el presunto delito de rebelión, tras anunciar que disolvía el Congreso horas antes de que el Legislativo votara la moción de vacancia en su contra.
Inicialmente, Pedro Castillo había sido trasladado a una base policial en el este de Lima desde la Prefectura, donde permanecía detenido luego de ser destituido por su fallido intento de disolver el parlamento. Luego de su detención, se conoció que el exmandatario se encuentra en el penal de Barbadillo, donde también está recluido el expresidente Alberto Fujimori, quien cumple su condena de 25 años de cárcel.
El traslado de Castillo rumbo a la Diroes, en el distrito de Ate, se dio en helicóptero y ocurrió durante la noche. Según detalló el medio peruano El Comercio, tras permanecer en la sede del centro de Lima por más de siete horas, Castillo fue llevado junto al exprimer ministro, Aníbal Torres, al cuartel Los Cibeles, ubicado en el distrito del Rímac. Poco después, abordó un helicóptero con destino al distrito de Ate.
El medio local Canal N divulgó imágenes de Castillo subiendo a una camioneta de la Policía Nacional de Perú (PNP), rodeado por un fuerte cordón de seguridad. Posteriormente, el video también fue difundido en redes sociales.
Ahora, Pedro Castillo se encuentra tras los mismos muros que el expresidente peruano Alberto Fujimori, el segundo más largo en la historia del país sudamericano. Vale recordar que desde que el peruano-japonés asumió la Presidencia un día de la independencia, que por coincidencia también es su cumpleaños, la historia de la nación se dividió en dos.
En 2007, la Corte Suprema de Perú inició un proceso contra Fujimori por las violaciones de derechos humanos en su administración. Entre ellas, las matanzas en las zonas de Barrios Altos y La Cantuta de Lima. Estas fueron cometidas por un escuadrón del Ejército llamado Grupo Colina, de corte paramilitar.
La destitución de Pedro Castillo
El Congreso de Perú destituyó el miércoles 7 de diciembre al ahora expresidente Pedro Castillo por “incapacidad moral” y juramentó en su lugar a la vicepresidenta, en una catarata de dramáticos anuncios en este país que padece de inestabilidad política crónica.
Castillo empezó la jornada como presidente y la terminó lejos del poder, bajo detención policial por el delito de rebelión tras un intento fallido de disolver el parlamento.
Horas antes de que el Congreso debatiera su tercer intento para sacarlo del poder en 16 meses, Castillo anunció el miércoles que era blanco de “un ataque sin cuartel” por parte del Parlamento y anunció su disolución, un toque de queda y dijo que gobernaría por decreto. Sin embargo, las Fuerzas Armadas y la Policía no lo apoyaron, y el Congreso ignoró su decisión y procedió a destituirlo.
La vicepresidenta Dina Boluarte, una abogada de 60 años, fue juramentada como jefa de Estado y dijo que gobernará hasta julio de 2026, cuando estaba previsto el fin del mandato de Castillo. Será la primera mujer en presidir Perú.
Marita Barreto, coordinadora del equipo especial de fiscales contra la corrupción del poder, anunció que “hay una comisión de un hecho en flagrancia” y que Castillo “está en calidad de detenido”.
Desde que asumió la Presidencia en julio de 2021, Castillo vivió bajo el asedio del Congreso y la Fiscalía, que lo acusa de dirigir una presunta “organización criminal” que reparte contratos públicos a cambio de dinero.
La salida del izquierdista, que tenía un rechazo del 70 % según sondeos recientes, fue aprobada por 101 votos de un total de 130 congresistas.
Tras su destitución, el portavoz del departamento de Estado estadounidense, Ned Price, calificó rápidamente a Castillo de “expresidente” y estimó que los congresistas peruanos tomaron “medidas correctivas” de acuerdo con las reglas democráticas.
*Con información de la AFP.