El destituido comandante del Ejército boliviano, Juan José Zúñiga, fue detenido la noche de este miércoles tras comandar un intento de golpe de Estado contra el presidente Luis Arce.
Zúñiga fue capturado y conducido a un vehículo policial en las afueras de un cuartel militar. “¡Está detenido, mi general!”, señaló el viceministro de Gobierno (Interior), Jhonny Aguilera, según imágenes de la televisión estatal.
Antes de ser ingresado al vehículo, Zúñiga acusó al presidente Arce de estar detrás del intento de golpe, con el objetivo de supuestamente aumentar su popularidad. Según el general sublevado, tuvo una reunión el fin de semana con el mandatario y este le ordenó sacar vehículos militares blindados.
“El día domingo, en el colegio La Salle, me reuní con el presidente (Luis Arce) y me dijo que la situación estaba muy jodida, que estaba crítica esta semana. Y me dijo que había que hacer algo para levantar su popularidad. Le pregunto: ‘¿sacamos los blindados?’ ‘sacá', me dice. El domingo, en la noche, ya los blindados empiezan a bajar”, dijo.
Durante la tarde, tropas militares y tanquetas se desplegaron en la plaza frente a la sede del gobierno boliviano en La Paz, e intentaron tumbar una puerta metálica del palacio presidencial.
El destituido general Juan José Zúñiga ingresó seguidamente al palacio y tras algunos minutos salió caminando, según imágenes de la televisión boliviana.
Poco después, Arce convocó a los bolivianos a movilizarse “en contra del golpe de Estado”, y tomó juramento a los nuevos comandantes en el mismo palacio presidencial, de acuerdo con una transmisión en vivo por televisión.
Las tropas al mando del destituido jefe del Ejército se retiraron de la plaza tras varias horas de movilización.
Arce se mostró victorioso. “Nadie nos puede quitar la democracia que hemos ganado (...) Estamos seguros, nosotros vamos a seguir y vamos a seguir trabajando”, señaló desde un balcón del Palacio de Gobierno frente a cientos de seguidores.
Zúñiga, el general sublevado que busca impedir el regreso del expresidente Evo Morales al poder en 2025, aseguró que los militares pretendían “reestructurar la democracia” en Bolivia y exigió la liberación de opositores presos.
“Las Fuerzas Armadas pretenden reestructurar la democracia, que sea una verdadera democracia. No de unos cuantos, no de unos dueños que ya tienen 30, 40 años manejando el país”, dijo en las afueras de la sede presidencial, rodeado de soldados y unas ocho tanquetas militares.
Evo Morales, rival de Arce dentro del partido oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) que busca regresar al poder el año próximo, denunció un “golpe de Estado”.
“Convocamos a una movilización nacional para defender la democracia frente al golpe de Estado que se gesta a la cabeza” del general Zúñiga, añadió.
Desde el martes circulaban rumores sobre la probable destitución del jefe del Ejército, en el cargo desde noviembre de 2022, y quien se opone tajantemente a que Morales, exaliado de Arce, vuelva al poder.
En una entrevista el lunes con un canal de televisión, Zúñiga aseguró que detendría a Morales si insiste en postularse a la Presidencia en 2025, pese a que fue inhabilitado por la justicia electoral.
“Legalmente, está inhabilitado, ese señor no puede volver a ser más presidente de este país”, dijo Zúñiga.
Morales, primer presidente indígena de Bolivia, promovió reformas constitucionales para poder gobernar durante tres mandatos consecutivos, de 2006 a 2019.
Aunque perdió un referéndum en 2016 para poder presentarse a las elecciones cuantas veces quisiera, se aferró al poder, y finalmente se vio forzado a renunciar en medio de un estallido social, tras ser acusado de fraude electoral para obtener un cuarto mandato.
Hace seis meses el Tribunal Constitucional inhabilitó a Morales como candidato presidencial para la contienda de 2025, aduciendo que la reelección indefinida no es un “derecho humano”, como había señalado en otra sentencia de 2017.
Pero Morales busca no obstante este año la nominación a la Presidencia en representación del MAS, mientras que Arce, en el poder desde 2020, no se ha pronunciado sobre si buscará la reelección.
Estados Unidos llamó “a la calma” en Bolivia y “está siguiendo de cerca la situación”, declaró a la AFP una portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
*Con información de la AFP.