El Servicio Geológico Colombiano (SGC) reportó un temblor de magnitud 5,7 en Dipayal, un municipio de Nepal. El sismo, de profundidad superficial, ocurrió a las 4:21 a. m. hora local.

Más tarde, el centro de vigilancia de terremotos nepalí confirmó que fueron dos sismos los que sacudieron el martes el noroeste de Nepal y causaron temblores en toda la región. No se reportaron víctimas ni daños en la región de inmediato.

El Centro Nacional de Investigación y Vigilancia de Terremotos dijo que el epicentro de ambos movimientos telúricos, con magnitudes iniciales de 5,3 y 6,3, respectivamente, estuvo en el distrito de Bajhang, en el noroeste del país, cerca de la frontera con India.

Narayan Pandey, jefe del distrito de Bajhang, indicó que los temblores se sintieron en la región, una zona montañosa y escasamente poblada.

El 24 de enero de este año un terremoto de magnitud 5,6 sacudió Nepal, provocando daños en casas y edificaciones. El sismo se sintió en la capital de la India, Nueva Delhi. Antes, en 2015, un temblor de magnitud 7,8 causó la muerte de casi 9.000 personas en Nepal.

Otros países azotados por terremotos

Bhuj en India: El 26 de enero de 2001, un terremoto de magnitud 7,9 en el oeste de India dejó más de 20.000 muertos y 160.000 heridos, destruyendo 250.000 viviendas. Bhuj, una ciudad de unos 150.000 habitantes, de esta región árida atrapada entre el mar de Arabia y un desierto de sal, quedó destruida.

Soldados indios remueven los escombros de una casa que colapsó durante el sismo de 6.7 grados de magnitud, en Imphal, capital del estado de Manipur, ubicada al noreste de India.

Pero nuevas construcciones en la periferia, carreteras ampliadas, sistemas de alcantarillado mejorados, aeropuertos, parques y tiendas surgieron de los escombros y Bhuj es hoy un centro económico.

Bam en Irán: El 26 de diciembre de 2003, un terremoto de 6,6 grados sacudió la ciudad de Bam, en el sureste de Irán, causando más de 31.000 muertos, casi una cuarta parte de su población.

La antigua ciudad de ladrillos sin cocer, maravilla del patrimonio mundial -famosa por haber servido de marco a la película “El desierto de los tártaros” (1976)-, quedó destruida. Hoy en día, 90 % de esta obra maestra del arte pre-islámico fue reconstruida.

Banda Aceh en Indonesia: El 26 de diciembre de 2004, un terremoto de magnitud 9,1, ocurrido frente a la costa de Sumatra, en Indonesia, dejó más de 230.000 muertos en un área que abarcó hasta Sri Lanka, India y Tailandia.

Olas gigantescas, de hasta 30 metros de altura, golpearon Banda Aceh, destruyendo casi por completo la ciudad. El desastre, que tuvo lugar después de Navidad, generó una generosidad sin precedentes en el mundo. Se reconstruyeron más de 140.000 casas, 1.759 escuelas, 363 puentes y 13 aeropuertos.

¡En ruinas! Así quedaron calles de Indonesia tras terremoto de magnitud 6,2. | Foto: Copyright 2021 The Associated Press. All rights reserved.

El desastre también trajo la paz, ya que obligó a las partes involucradas en el conflicto separatista que ensangrentaba Aceh desde hacía 29 años a deponer las armas para declarar la unión sagrada y participar en los trabajos.

Puerto Príncipe en Haití: El 12 de enero de 2010 un terremoto de magnitud 7 dejó más de 200.000 muertos en Haití. El sismo convirtió la capital Puerto Príncipe en un campo de ruinas y dejó a 1,5 millones de personas sin techo. Tras el temblor, el país se vio afectado por una epidemia de cólera.

En nueve años, más de 10.000 personas murieron a causa de la enfermedad, introducida por los cascos azules nepalíes después del sismo. Sin poder afrontar el desafío de su reconstrucción (la ayuda internacional de envergadura no está coordinada y resulta muy poco eficaz), Haití está sumido desde hace años en una profunda crisis económica, de seguridad y política, que refuerza la influencia de las bandas.

Minamisanriku en Japón: El 11 de marzo de 2011, Japón se vio asolado por una triple catástrofe, un terremoto y un tsunami -en los que murieron y desaparecieron unas 18.500 personas- y el accidente de la central nuclear de Fukushima.

Los efectos de la destrucción fueron patentes en varias poblaciones japonesas.

Minamisanriku, una ciudad en la costa este, fue arrasada por una ola gigantesca de más de 15 metros. Se construyeron viviendas sociales en las alturas, al igual que el ayuntamiento, las escuelas y los hospitales. Pero los largos años transcurridos en alojamientos temporales solo acentúan la despoblación de la ciudad.

Con información de AFP*