Al menos 920 personas fallecieron en el duro sismo que golpeó el sureste de Afganistán en la madrugada del miércoles 22 de junio, según el último balance suministrado por el Gobierno. “Hasta el momento, según las informaciones que tenemos, al menos 920 personas murieron y 600 resultaron heridas”, declaró en una rueda de prensa el viceministro de Desastres Naturales, Sharafuddin Muslim.
El sismo de magnitud 5,9 se produjo a 10 kilómetros de profundidad, hacia la 1:30 a. m. del miércoles, en una zona de difícil acceso cerca de la frontera con Pakistán, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Un segundo temblor de magnitud 4,5 sacudió casi el mismo lugar a la misma hora, según el USGS.
“Pedimos a las agencias de ayuda que proporcionen asistencia inmediata a las víctimas del terremoto para evitar un desastre humanitario”, instó en Twitter el viceportavoz del Gobierno, Bilal Karimi, que aseguró que numerosas casas resultaron destruidas y que había personas atrapadas en el interior. Según Yaqub Manzor, un responsable tribal de Paktika, muchos heridos procedían del distrito de Giyan, en la provincia, y fueron transportados en ambulancias y helicópteros.
“Los mercados locales están cerrados y la gente se precipitó (para ayudar) a las zonas afectadas”, declaró por teléfono. En las redes sociales se ven fotos de casas derrumbadas en las calles de un pueblo, en esta región rural pobre y remota. En los videos se ve a los habitantes en las áreas afectadas transportando heridos a un helicóptero.
Los servicios de rescate del país, limitados desde hace tiempo en efectivos y capacidad, no están adaptados para enfrentarse a catástrofes naturales de esta envergadura. El terremoto se sintió en varias provincias de la región y también en la capital, Kabul, situada a unos 200 km al norte del epicentro del sismo. También se notó en el Pakistán vecino, pero por el momento no se registraron daños ni víctimas.
El primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, dijo estar “profundamente entristecido” por esta tragedia y aseguró que las autoridades del país estaban trabajando para aportar su apoyo a sus homólogos afganos. “La Unión Europea sigue la situación (...) y está dispuesta a coordinar y suministrar ayuda de urgencia”, tuiteó su enviado especial en Afganistán, Tomas Niklasson.
La ONU indicó que estaba estudiando las necesidades de ayuda. Afganistán sufre con frecuencia terremotos, sobre todo en el macizo de Hindu Kush, a caballo entre Afganistán y Pakistán, que se encuentra en la unión de las placas tectónicas euroasiática e india.
Estas catástrofes pueden ser especialmente devastadoras debido a la escasa resistencia de las casas rurales afganas. En octubre de 2015, un potente sismo de magnitud 7,5 sacudió las montañas de Hindu Kush, causando un total de más de 380 muertos en los dos países.
Entre las víctimas afganas figuraban 12 niñas, arrastradas por el pánico para intentar salir de su escuela tambaleante. Desde la llegada de los talibanes al poder en agosto de 2021, Afganistán atraviesa una grave crisis financiera y humanitaria, provocada por el bloqueo de millones de haberes en el extranjero y la suspensión de la ayuda internacional, que sustentaba al país desde hacía dos décadas y que ahora llega con cuentagotas.
Con información de AFP