En menos de que 24 horas de que el mundo conociera la noticia sobre el atentado en contra del expresidente Donald Trump, en medio de un mitin realizado en Pensilvania, algunos cibernautas y comerciantes han convertido este hecho en una oportunidad de negocio.
Por ello, han decidido empezar a comercializar estampados con la fotografía, captada después del tiroteo, de Trump rodeado del servicio secreto, el puño en alto y la bandera americana en el fondo y hasta tazas con la oreja ensangrentada.
Actualmente, en X se puede encontrar un gran número de publicaciones en donde los usuarios ofertan camisetas con la popular imagen de Trump, la cual está acompañada con todo tipo de frases como: “Jesús es mi salvador y Trump mi presidente”; “Nunca pararé, luchando por América”, o “El tiroteo me hace más fuerte” por un precio de 20,99 dólares (alrededor de $ 83.197).
De hecho, el portal de comercio electrónico Taobao fue uno de los primeros en ofrecer las camisetas con la icónica fotografía. “Pusimos las camisetas en Taobao tan pronto vimos las imágenes del tiroteo”, indicó uno de los vendedores en la plataforma a la prensa europea.
“Ni siquiera las habíamos impreso y en tres horas vimos más de 2.000 pedidos tanto de China como de EE. UU.”, comentó el vendedor.
De hecho, en otros comercios digitales también se están ofertando productos como tazas con la fotografía, junto a otro tipo de artículos en donde aparece el rostro ensangrentado de Trump.
Un agente de Policía descubrió al atacante de Trump segundos antes de que abriera fuego
La Policía de la localidad de Butler (Pensilvania) ha confirmado que uno de sus agentes se encontró cara a cara con el joven que abrió fuego este pasado sábado contra el expresidente de EE. UU. Donald Trump, segundos antes de que comenzara a disparar.
El agente, ha explicado al ‘Washington Post’ el sheriff del condado de Butler, Michael T. Slupe, había recibido una alerta sobre un sospechoso visto cerca del mitin donde Trump estaba pronunciando su discurso. Tras varios minutos de búsqueda infructuosa, descubrió a Thomas Matthew Crooks en el tejado de un edificio cercano.
No obstante, el agente que lo encontró se había encaramado a la cornisa del tejado con ambas manos para asomarse, por lo que no pudo sacar su arma de fuego. “El agente se soltó porque no quería que lo mataran”, ha explicado Slupe.
Segundos después, Crooks comenzó a disparar contra Trump y contra los asistentes al evento, uno de los cuales, Corey Comperatore, acabó muerto mientras protegía a su familia. Otros dos espectadores resultaron heridos y fueron trasladados al hospital en estado crítico, pero han sido estabilizados.
Crooks murió abatido a tiros por el Servicio Secreto a los pocos momentos de comenzar a disparar.
Por su parte, la Oficina Federal de Investigación de EE. UU. (FBI) cree que Thomas Matthew Crooks actuó en solitario y por ahora no ha identificado ninguna “ideología subyacente” en lo que está investigando como un caso de terrorismo doméstico.
El agente especial al mando, Kevin Rojak, ha explicado que no hay indicios de que Crooks tuviera problemas de salud mental y no se le conocen antecedentes penales ni interacciones previas con las fuerzas de seguridad.
Como ya avanzaran en las horas previas fuentes de seguridad a los medios estadounidenses, el FBI ha confirmado que el fusil de asalto semiautomático empleado por Crooks fue adquirido de forma legal por el padre del tirador. La familia está cooperando con la investigación.
El FBI tiene en su poder el teléfono móvil de Crooks, que ha sido enviado a un laboratorio para investigar su contenido.
También en las últimas horas se ha dado a conocer que el joven estaba empleado como asistente dietético en una residencia y una clínica de rehabilitación en su localidad natal de Bethel Park, cerca de Butler, la ciudad de Pensilvania, donde Trump estaba dando el mitin.
Según la administradora del centro, Marcie Grimm, Crooks “desempeñaba su trabajo sin problemas” y había completado con éxito un examen sobre sus antecedentes, ha declarado a CNN.
Con información de Europa Press