Solo un atacante suicida llevó a cabo el mortal atentado del jueves en el aeropuerto de Kabul, dijo el viernes el Pentágono, corrigiendo su afirmación anterior de que hubo dos atacantes y dos explosiones separadas.

“No creemos que hubo una segunda explosión en o cerca del hotel Baron, fue solo un atacante suicida”, afirmó el general Hank Taylor, director adjunto del Estado Mayor Conjunto.

El Pentágono también indicó este viernes que hay 5.400 personas dentro del aeropuerto de Kabul esperando ser evacuadas de Afganistán, un día después de un mortal atentado contra la operación dirigida por Estados Unidos por parte del grupo yihadista Estado Islámico.

En las 24 horas anteriores a las 03H00 de Washington, 12.500 personas fueron evacuadas de Afganistán en 89 vuelos estadounidenses y de la coalición internacional en el país, informó a periodistas el general Hank Taylor, alto funcionario del Estado Mayor Conjunto.

Estados Unidos, que ha fijado como fecha límite el 31 de agosto para completar la evacuación, podrá transportar personas por vía aérea “hasta el último momento”, señaló Taylor a los periodistas.

Momentos de terror se vivieron después de la explosión. | Foto: AFP or licensors

Desde el Pentágono también se informó que la misión de evacuación de Afganistán tras el regreso de los talibanes aún enfrenta amenazas de ataques, un día después del atentado suicida que mató a decenas de personas fuera del aeropuerto de Kabul.

“Todavía creemos que hay amenazas creíbles (...) amenazas específicas y creíbles”, indicó el portavoz del Departamento de Defensa estadounidense, John Kirby.

Los talibanes bajo presión para garantizar seguridad tras el atentado en Kabul

El ataque suicida el jueves en los alrededores del aeropuerto de Kabul, reivindicado por el grupo Estado Islámico, pone a prueba al nuevo régimen de los talibanes, que siempre alegaron que bajo su dirección volverían a traer seguridad a Afganistán tras décadas de guerra.

El atentado, que provocó al menos 85 muertos, entre ellos 13 militares estadounidenses, supone una primera prueba para los talibanes, que se hicieron con el poder tras tomar la capital Kabul, el pasado 15 de agosto.

“Los ataques de anoche (jueves) han vuelto a mostrar una vez más que ningún grupo puede pretender monopolizar la violencia en Afganistán, ni tampoco tener el monopolio de garantizar la seguridad” en el país, afirma Abdul Basit, investigador en el S. Rajaratnam School of International Studies de Singapur.

No obstante, un portavoz de los talibanes, Bilal Karimi, dijo a la AFP, tras el atentado, que el grupo Estado Islámico “será derrotado”.

Los talibanes adoptaron durante su campaña militar una política de liberación de presos, a medida que se hacían con las capitales provinciales y controlaban las prisiones.

No solamente fueron liberados los talibanes encarcelados --que engrosaron las filas de los insurgentes en su camino a Kabul-- sino también a muchos otros yihadistas, que pudieron sumarse a las filas del grupo Estado Islámico del Khorasan (EI-K), rama del grupo yihadista que opera en Afganistán desde hace años y reivindicó el atentado en el aeropuerto de Kabul.

Enemigos

Procedentes de diferentes ramas del yihadismo más radical, los dos grupos, talibanes y EI-K, son enemigos y han protagonizado sangrientos enfrentamientos durante años en Afganistán.

Antes del atentado contra el aeropuerto de Kabul, los talibanes no reconocieron su error al abrir indiscriminadamente las prisiones, y culparon en cambio al expresidente Ashraf Ghani, que huyó del país el mismo día de la toma de Kabul.

“Tenemos que tener cuidado porque presos de Dáesh (acrónimo de EI) huyeron de las cárceles y se esconden, después de que responsables del gobierno de Kabul abandonaran sus puestos”, dijo el portavoz talibán, Suhail Shaheen, esta semana al medio paquistaní Geo News.

Shaheen afirmó además que los talibanes estaban al tanto de las informaciones sobre una inminente amenaza terrorista, que según gobiernos occidentales podían proceder del EI y tener como objetivo --como ocurrió-- el aeropuerto de Kabul, donde miles de afganos tratan desesperadamente de huir del país.

Mujeres heridas llegan a un hospital para recibir tratamiento. | Foto: AFP or licensors

“Nuestro departamento de inteligencia, y nuestras fuerzas de seguridad siguen activas para evitar incidentes que puedan causar pérdidas humanas”, agregó Shaheen

Responsabilizar a EE.UU.

Los talibanes también han responsabilizado a Estados Unidos, alegando que la seguridad en el área donde se produjeron las explosiones era controlada por las fuerzas norteamericanas.

Los combatientes talibanes siguen manteniendo estrictos controles en los accesos que conducen al aeropuerto de Kabul, pero hay un espacio poco controlado que los separa de las tropas estadounidenses, que están a cargo de las puertas del aeródromo.

“Los puestos de control de los talibanes en la ciudad fallaron en detener a quienes perpetraron el ataque cerca del aeropuerto de Kabul”, afirma, sin embargo, Nishank Motwani, un analista afgano basado en Australia.

“Pero eso supone dar por hecho que los talibanes intentan ante todo garantizar la seguridad para proteger vidas”, agrega.

*Con información de AFP