Consternación y luto es lo que hay en la comunidad de Pérez Zeledón, en Costa Rica, por un terrible accidente de tránsito que se presentó el pasado sábado y que dejó como víctima fatal a una médica de 33 años identificada como Marolyn Artavia Castro, quien se encontraba haciendo deporte junto a su esposo.
El hecho se registró específicamente en la carretera Interamericana sur, ubicada cerca del barrio Loma Verde. Por allí iban transitando Marolyn y Gustavo Solís Méndez, su pareja sentimental, mientras practicaban ciclismo, una actividad que los dos disfrutaban de gran manera.
De acuerdo con medios locales, se encontraban esperando para cruzar los carriles en una isla de la vía, pues en el momento en el que pasaban un peatón activó el semáforo. Justo ahí, un tráiler pasó por la zona y, según testigos que presenciaron lo ocurrido, generó que la mujer perdiera el equilibrio encima de la cicla.
En un momento desesperado por evitar que algo le pasara, Marolyn intentó sujetarse de su esposo, a quien tenía al lado, pero lamentablemente cayó al asfalto y fue impactada por el vehículo de carga, por lo que acabó perdiendo la vida mientras que su pareja veía toda la triste escena.
El conductor del vehículo inmediatamente se bajó para verificar qué era lo que había pasado, se mostró consternado por la situación e intentó ayudar a la mujer rápidamente, pero ya era muy tarde; la médica falleció haciendo una de sus más grandes pasiones y al lado de la persona que amaba.
Marolyn estudió medicina en el Instituto Nacional de Seguros (INS) en Cartago, allí se formó como profesional y empezó a abrirse espacio en esta industria. Conoció a y se casó con Gustavo, con quien viviría los mejores años de su vida, construyendo un hogar, primero en Aguacaliente y después, en el distrito de Daniel Flores, adonde se tuvieron que trasladar por motivos laborales.
La mujer se desempeñó como jefa de la clínica del INS en San Isidro de El General, un lugar en el que era muy conocida y donde se ganó el cariño de muchas personas gracias a su forma de ser, pero especialmente a la dedicación que le ponía a su trabajo.
Por su parte, su pareja se desempeñaba como representante de una empresa en esta misma zona, donde vivían con su hija de seis años. Los dos disfrutaban mucho de pasar tiempo en familia, realizaban diferentes actividades y ya tenían grandes planes para el futuro, algo que finalmente no se va a dar.
La familia, los amigos y los seres más cercanos a Marolyn le dieron el último adiós el pasado lunes; se dieron cita en el camposanto Vida Eterna, en Pavones de Pérez Zeledón, y allí despidieron para siempre a la mujer, quien murió al lado de una de las personas que más amó y practicando una de sus actividades favoritas.
El sitio donde se registró el accidente en el que murió Marolyn es conocido, desafortunadamente, por este tipo de hechos que se han presentado en múltiples ocasiones, por lo que en repetidas oportunidades se ha hecho un llamado para que se mejoren las condiciones de seguridad y así evitar que sucesos similares ocurran en un futuro.