El Grupo de Trabajo de Justicia Transicional, organización que tiene sede en Seúl (Corea del Sur), publicó esta semana una investigación sobre las ejecuciones públicas que se habrían presentado en la última década en Corea del Norte.
De acuerdo con el informe, el régimen de Kim Jong-un sentenció a muerte a cerca de siete personas por ver y distribuir videos de K-pop. Asimismo, indicó que en total fueron ejecutados públicamente 23 ciudadanos desde 2011.
“Los cargos más comunes que documentamos por ejecuciones públicas bajo el gobierno de Kim Jong-un incluyeron: ver y distribuir videos surcoreanos (siete casos), delitos relacionados con drogas, prostitución y trata de personas”, precisó en el documento.
Los testigos entrevistados, los cuales se fugaron del país asiático, señalaron que las ejecuciones se llevan a cabo en lugares fuertemente vigilados por las autoridades para asegurarse que ninguna información trascendiera.
“En el documento se analizan imágenes satelitales y entrevistas con fugitivos norcoreanos. Además, el régimen parece estar seleccionando estratégicamente lugares lejos de la zona fronteriza para llevar a cabo estos asesinatos”, afirmó la organización.
Luego agregó: “La supervisión y el control de la audiencia reunida en estos eventos se refuerza para prevenir que la información de ejecuciones públicas se filtre fuera del país. Las familias de las víctimas a menudo se vieron obligadas a presenciar la ejecución”.
Los testigos de estos tránsfugas son casi imposibles de verificar independientemente debido al estricto control de Corea del Norte en el acceso a su población y sus archivos. Sin embargo, Corea del Norte asegura que respeta los derechos humanos y calificó como mentiras las acusaciones formuladas por los fugados.
Ahyeong Park, principal autora del informe, señaló que la organización evaluó con cuidado la consistencia de los testimonios y escogió solo los más fiables. “Nuestros hallazgos sugieren que el régimen de Kim presta más atención a las cuestiones de derechos humanos como respuesta al incremento del escrutinio internacional”, enfatizó.
Pyongyang ha sido acusada durante mucho tiempo de practicar asesinatos de Estado para infundir miedo en su población. Incluso, su líder ha sentenciado a algunos altos asesores en el pasado, incluido su poderoso tío Jang Song Thaek en 2013.
La organización indicó que el cierre casi total de fronteras de Corea del Norte durante la pandemia de la covid-19 ha reducido significativamente la información procedente del país asiático, haciendo más difícil documentar los abusos de derechos humanos en este periodo.
El régimen, según informaron fuentes norcoreanas a la Radio Free Asia (RFA), también les prohibió a los ciudadanos reír, ingerir alcohol y realizar diferentes actividades de ocio debido al aniversario del fallecimiento de Kim Jong-il, antecesor y padre de Kim Jong-un.
Normalmente, los períodos de duelo en Corea del Norte duran una semana, pero al cumplirse 10 años de la muerte de Jong-il, la conmemoración tendrá un plazo de once días.
El país asiático es una de las sociedades más aisladas y censuradas del planeta, en la que los medios estatales controlan al detalle lo que la gente puede ver y escuchar.
Con información de la AFP.