Un caso de horror fue revelado en Rusia, donde las autoridades pusieron en evidencia una historia de canibalismo, asesinato y engaño a cargo de una pareja que habría durado cerca de 20 años consumiendo carne humana, pero además también suministrándola a restaurantes de lujo, haciéndola pasar como productos de alta calidad para sus preparaciones.
Según recogen medios internacionales, los protagonistas de esta estremecedora historia son una pareja conformada por Dmitry y Natalia Bakshéyev, una pareja ‘común’ a los ojos de la comunidad, que realmente ocultaba un macabro secreto referido a una historia de canibalismo y engaño.
Sobre la pareja, medios precisaron que vivían en una modesta vivienda desde hace varias décadas, la cual había sido heredada por la mujer en medio de la ruptura de una relación previa.
Ella, una mujer actualmente de 48 años, es una enfermera que se quedó sin empleo después de prestar varios años de servicio como jefe de enfermería del Colegio militar de Aviación de Krasnodar, y él, un ex convicto que había estado encerrado por la comisión de delitos como robo de tiendas y de vehículos, quienes en medio de la crisis, decidieron comenzar a vender pasteles de carne en la comunidad, sin que sus vecinos sospecharan que estos alimentos realmente habían sido preparados con carne humana, producto de crímenes cometidos por la pareja en medio de la desesperación.
Según medios locales, la pareja nunca había despertado sospechas, y, por el contrario, se habían ganado la confianza de los propietarios de algunos restaurantes de lujo de la zona, a los cuales, con el tiempo, convencieron de comprarles insumos cárnicos de ‘altísima calidad’ para las preparaciones de sus negocios.
No obstante, la estratagema resultó cayéndose por cuenta de un celular, dejando al descubierto un tenebroso caso de canibalismo.
El comienzo del fin de esta pareja, comenzó cuando comenzaron una amistad con una mujer de 35 años que trabajaba como camarera, llamada Elena Vashrushev, quien comenzó a compartir con la pareja, hasta que un día, después de una noche de copas, sorpresivamente desapareció, suscitando que el caso llegara a manos de la policía.
Si bien la búsqueda se encontraba en ejecución sin mayores resultados, la historia daría un giro inesperado por cuenta de un hecho que determinaría el fin de la historia de canibalismo, cuando, en medio de una de las salidas de la ex enfermera, esta terminó perdiendo su celular.
Este fue encontrado por un obrero de la zona, quien al encenderlo para revisar su contenido, se encontró ante sus ojos con las macabras pruebas de decenas de crímenes y actos de canibalismo que escondía la pareja, pero que la enfermera había fotografiado por placer con su dispositivo móvil.
Las fotos incluían a Dmitry posando incluso con algunas partes de cuerpos, incluida una mano que sostenía con su boca, en medio de una serie de imágenes que perturbaron al obrero, lo llenaron de miedo, y lo llevaron a denunciar el caso ante las autoridades.
Precisamente, al poner el caso en conocimiento de las autoridades, incluso entregando el celular como parte del material probatorio, los agentes descubrieron que en las fotografías aparecían los restos de Elena, quien había sido reportada como desaparecida.
Al lograr la orden de cateo a la vivienda de la pareja, se encontró con un extraño panorama, marcado por un escenario lleno de partes de cuerpos humanos, los cuales eran usados para la pareja ya fuera para alimentarse o para venderlas a los restaurantes, haciéndola pasar como ‘carne de la mejor calidad’.
El registro señalaba que la camarera, había sido asesinada el 8 de septiembre de 2017, según el archivo fotográfico, en medio de una noche de copas en la que la mujer caníbal ordenó a su pareja el asesinato de la invitada; un hecho que se cumplió a través de certeras puñaladas.
Pero en el lugar, no solo se hallaron los restos de la camarera desaparecida, sino también los de otros tantos ciudadanos víctimas de asesinato, cuyos restos eran conservados en un congelador, debidamente ‘porcionados para la venta o para el consumo doméstico’.
Al ser indagada, la pareja confesó que en efecto ellos eran consumidores de carne humana, por lo cual fueron detenidos y procesados, en hechos ocurridos en 2017, según reporta la prensa internacional.
En el caso de Natalia, esta recibió una pena de 10 años de prisión, y es investigada por haber suministrado carne a restaurantes bajo engaños.
Por su parte, el hombre fue condenado a una pena de 12 años de prisión.
En medio de las investigaciones desplegadas, la policía estudia si eventualmente se debe estudiar algunos restaurantes que estaban registrados como acreedores, con el objetivo de tomar las debidas medidas de castigo ante la gravedad de los hechos; la venta de carne humana.