Cuando Estados Unidos aún no se recupera de la aterradora masacre en una escuela primaria de Texas, nuevamente el país tiene un tiroteo en el que resultaron varias personas muertas. Este miércoles 1.° de junio sucedió en un hospital del estado de Oklahoma.
De acuerdo con las primeras informaciones de las autoridades, hay al menos tres personas muertas y varios heridos luego del tiroteo en el campus de un hospital en Tulsa, Oklahoma. El atacante al parecer habría muerto en el mismo lugar del tiroteo, afirmó la Policía estadounidense.
La información inicial es que los policías recibieron el reporte, horas antes, de la presencia de un sujeto armado en el hospital San Francis. Pero cuando los uniformados llegaron al lugar, la situación se complicó y comenzó el tiroteo.
Según la publicación en redes sociales del Departamento de Policía de Tulsa, ellos recibieron el aviso que el hombre estaba armado con un rifle dentro de un edificio de consultorios médicos del hospital llamado Natalie Medical Building.
“En este punto, podemos confirmar que el atacante está muerto”, publicó la Policía de Tulsa a través de sus redes sociales, aunque no está claro si el hombre murió por los disparos de la Policía, o si él mismo decidió dispararse al momento de sentirse acorralado.
Luego del tiroteo, la Policía comenzó a revisar minuciosamente todas las habitaciones del edificio donde estaba el hombre, tratando buscar alguna otra amenaza para las personas. En el hospital había cientos de habitaciones y personas, según confirmó la información de la Policía norteamericana.
Las autoridades, además, informaron que este caso se está tratando como una “escena catastrófica en este momento”. Por su parte, el Hospital San Francis cerró sus instalaciones durante la tarde tras el tiroteo ocurrido en el edificio Natalie, donde se encuentra un centro de cirugía ambulatoria y de salud mamaria.
El hospital fue evacuado rápidamente y se pudo ver a algunos socorristas sacando en camilla a personas que se encontraban hospitalizadas en el San Francis en el momento del tiroteo. El hospital inmediatamente fue rodeado de policías y el tráfico fue parado en las calles continuas al centro médico.
En un colegio cercano al hospital se instaló un centro de reunificación, como fue llamado, para que los familiares y amigos de las personas que se encontraban hospitalizadas puedan ir a buscar a sus seres queridos.
Biden promete “seguir presionando” para endurecer la regulación de armas en EE. UU.
Bajo presión para que actúe tras la masacre en Uvalde, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió “seguir presionando” por una regulación más estricta de la venta y tenencia de armas de fuego, algo difícil dada la estrecha mayoría demócrata en el Congreso.
Biden, quien visitó el domingo la localidad de Uvalde en el estado de Texas y pasó varias horas con los familiares de las víctimas del tiroteo, que se saldó con 21 muertos, dijo que “el dolor era palpable”.
El pasado martes, 19 niños –de entre nueve y 11 años– y dos maestras fueron asesinados en la escuela primaria Robb cuando un joven de 18 años les disparó, lo que sumió de nuevo a Estados Unidos en la pesadilla recurrente de las matanzas escolares.
Durante su visita el domingo a la localidad, Biden escuchó muchas voces que le pidieron: “¡Hagan algo!”. “Lo haremos. Lo haremos”, respondió el mandatario. “Siempre tuve la voluntad” de actuar sobre las armas, reafirmó el lunes a los periodistas, asegurando que “seguiría presionando” ante los congresistas.
“No tiene sentido poder comprar algo que dispara hasta 300 balas”, añadió, en clara referencia al rifle semiautomático que portaba Salvador Ramos, el tirador abatido.
La Segunda Enmienda a la Constitución estadounidense, que permite la posesión de armas de fuego, “nunca fue absoluta”, dijo el presidente de 79 años, para afirmar que ciertas categorías de armamento fueron excluidas en su momento.