Estados Unidos no sale de la consternación por el tiroteo en la primaria Robb, ubicada en la ciudad de Uvalde, en Texas, en la que se reportan 23 personas fallecidas, entre ellas 19 niños.
Además de los menores, también hay 2 maestros y el autor del tiroteo, según reporte de Fox.
De acuerdo con las primeras informaciones de las autoridades, el atacante es un joven de 18 años, residente de la ciudad, conocido como Salvador Ramos, según señaló el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott.
El gobernador también indicó en rueda de prensa que se creía que el atacante le disparó a su abuela antes de dirigirse a la Escuela Primaria Robb alrededor del mediodía.
Este nuevo episodio de un tiroteo que vive Estados Unidos despertó la polémica sobre las armas en esta nación.
El pasado 14 de mayo, un joven de 18 años, autoproclamado supremacista blanco, asesinó a tiros a 10 personas en una tienda en Búfalo, Nueva York, en una zona de gran población afroestadounidense.
Al día siguiente, un hombre que dijo estar “molesto por las tensiones políticas entre China y Taiwán” disparó contra la congregación taiwanesa-estadounidense en una iglesia en Laguna Woods, California, matando a una persona e hiriendo a cinco.
Pero a pesar de que se repiten los tiroteos masivos, múltiples iniciativas para reformar las regulaciones sobre armas han fracasado en el Congreso de Estados Unidos.
Estos hechos, sumado a lo ocurrido este martes en Texas, vuelven a poner el debate sobre las armas como un tema primordial en la agenda estadounidense, luego de la muerte de decenas de personas a manos de los tiradores.
El presidente Joe Biden pidió este martes a los estadounidenses confrontar al poderoso ‘lobby’ proarmas del país después de que un adolescente perpetró el tiroteo en una escuela primaria en Texas.
El expresidente Barak Obama también se manifestó sobre lo ocurrido en Texas con un sentido mensaje en Twitter. “En todo el país, los padres acuestan a sus hijos, les leen cuentos, les cantan... y en el fondo les preocupa lo que pueda ocurrir mañana cuando dejen a sus hijos en el colegio, o los lleven al supermercado o a cualquier otro espacio público”.
El senador Chris Murphy afirmó que “en ningún otro lado está ocurriendo esto más que aquí, en Estados Unidos, y eso es una elección”.
Murphy representa a Connecticut, un estado marcado para siempre por el tiroteo de Sandy Hook del 14 de diciembre de 2012, cuando un joven de 20 años mató a 26 personas, entre ellas veinte niños de 6 y 7 años.
“Es nuestra elección dejar que esto ocurra”, dijo, e imploró a sus colegas del Congreso a que se llegue a un acuerdo para aprobar una ambiciosa ley nacional sobre las armas”, añadió el legislador.
En Estados Unidos los tiroteos son una plaga constante que los sucesivos gobiernos han sido incapaces de erradicar, dado que muchos estadounidenses siguen apegados a las armas. El 30 % de los adultos posee al menos un arma de fuego.
Es el caso particular de Texas, escenario este martes de una tragedia que revivió la pesadilla de los tiroteos en centros educativos: el sureño es uno de los estados donde es más fácil adquirir un arma.
En 2015, el gobernador Greg Abbott dijo sentir “vergüenza” de que Texas fuera “solo” el segundo estado en materia de compra de armas de fuego.
El presidente Biden, quien ordenó que las banderas patrias se izaran a media asta, prometió durante su campaña que actuaría en este frente.
En abril de 2021 dio a conocer un plan limitado contra la “epidemia” de la violencia armada.
Sin embargo, consciente de que no está en posición de impulsar acciones audaces debido a su estrecha mayoría en la Cámara de Representantes, se ha conformado hasta ahora solo con pequeñas medidas.
*Con información de la AFP.