Decenas de mujeres en varias aldeas de Kivu del Sur, provincia del este de la República Democrática del Congo, han sido acusadas de practicar brujería y luego han sido asesinadas por movimientos de justicia popular. Desde comienzos de septiembre, por ejemplo, las autoridades han contabilizado ocho mujeres linchadas, quemadas y asesinadas.
En los territorios de Kalehe, Walungu y Fizi se ha registrado la mayor cantidad de asesinatos por parte de los macabros grupos de justicia popular, quienes a menudo siguen la orden oscurantista de videntes y predicadoras. Solo en el territorio de Kalehe hay 114 casos de acusaciones de brujería, entre ellos cinco mujeres quemadas vivas y otras cuatro secuestradas.
“Hemos registrado 324 acusaciones de brujería en el período comprendido entre junio y septiembre”, afirmó Nelly Adidja, de la Asociación de Mujeres de los Medios (AFEM) de Kivu del Sur, en declaraciones citadas por la agencia AFP.
El profesor Bosco Muchukiwa, sociólogo y director general del Instituto Superior de Desarrollo Rural (ISDR) de Bukavu, considera que “hay un resurgimiento del fenómeno porque el Estado falla en sus misiones soberanas, la policía y la justicia no hacen su trabajo”, lo que facilita que los grupos paramilitares de justicia popular cometan los crimenes.
El problema, según el profesor Muchukiwa, es acentuado por las “bajakazi”, videntes y pseudo-predicadoras presentes en casi todos los pueblos, que pretenden detectar y cazar brujas. “Es falso, no tienen ningún poder, pero juegan con la ingenuidad de las personas que manipulan para tener más adeptos, darse cierto valor y más peso en el pueblo”, afirma.
“¡Hay que prohibir las salas de oración de estas charlatanas!”, argumenta por su parte Muhindo Cikwanine, consejero jurídico y experto en derecho parlamentario, como recoge la agencia AFP.
El experto resaltar que “en 2014, los diputados provinciales votaron un edicto (ley) que prohíbe el recurso a la justicia popular en Kivu del Sur”. Sin embargo, el texto no se aplica y la ley nunca logró incorporarse a las costumbres de la población.
Thadée Miderho, administrador del territorio de Kabare, explica que desde principios de año registró a seis personas asesinadas, “principalmente mujeres de más de 60 años”, por ser brujas, designadas como tales por las “bajakazi”.
Detenciones de las “bajakazi”
Hace dos años, sobre la base de una denuncia dirigida al fiscal de Kavumu (norte de Bukavu), 11 de esas sacerdotisas conocidas como “bajakazi” fueron detenidas y pasaron seis meses en prisión.
“Fueron liberadas después de prometer cambiar de profesión, pero algunas continúan sus actividades a escondidas”, lamenta el administrador Thadée Miderho.
Sobre la posibilidad de que las autoridades lleven ante la justicia a los aldeanos que matan a las supuestas brujas, Miderho manifiesta que es una misión casi imposible. “En caso de justicia popular, los jefes de aldea dicen que es la población la que lo hace, no citan nombres”, destaca el administrador del territorio de Kabare.
Shasha Rubenga, por su parte, se estremece evocando escenas que presenció a mediados del mes de agosto en Cifunzi, un pueblo de unos 2.000 habitantes en el borde del Parque Nacional de Kahuzi Biega.
“Eran alrededor de las 5 de la mañana, un lunes. Los jóvenes circulaban por la aldea en posesión de una lista en la que figuraban los nombres de 19 mujeres mayores de 65 años, designadas como brujas por una profetisa”, cuenta el joven maestro y activista de los derechos humanos.
La mayoría de las mujeres en la lista, cuyas casas fueron destruidas, tuvieron tiempo de huir. Otras fueron rescatadas por los militares que dispararon al aire para dispersar a la multitud. “Pero vi a esos jóvenes agarrar a una vecina llamada Nyabadeux”, una anciana que tuvo siete hijos. “Fue golpeada, rociada con gasolina e incendiada con un fósforo”, concluye el relato.
*Con información de la AFP