Luego de la intervención quirúrgica a la que fue sometido de emergencia el papa Francisco el pasado 7 de junio, voceros del Vaticano han confirmado que la recuperación del máximo jerarca de la Iglesia católica avanza según lo previsto; no obstante, sí advirtieron que en el marco de su proceso, el religioso no podrá celebrar el próximo domingo públicamente la famosa oración del Ángelus.
La noticia fue confirmada por uno de los médicos que intervino al papa, Sergio Alfieri, en declaraciones recogidas por medios internacionales, en los que también se confirmó que la operación que le fue practicada a Francisco consistió en una intervención a la altura del abdomen.
En el parte médico, el equipo de médicos del papa confirmó que el religioso “no tiene fiebre, y todas las funciones cardiorrespiratorias son normales”, advirtiendo que pese a lo anterior, el pontífice debe adelantar una serie de acciones preventivas en pro del cabal avance de la recuperación, situaciones entre las que se cuenta ‘evitar esfuerzos’, sobre todo en su zona abdominal.
En ese sentido, dentro de las indicaciones que ha recibido Francisco de parte del equipo médico está evitar levantarse de la cama o sentarse, situación que entonces haría imposible su aparición desde el balcón de su despacho ante la Plaza de San Pedro, o sentado, a la emisión del video, pues incluso ello le acarrearía tener que ‘arreglarse’ y estar sentado por un tiempo prolongado mientras se graba la oración y el tradicional mensaje.
Si bien actualmente el pontífice se encuentra internado en el hospital Gemelli, donde cuenta con una habitación especial, el papa también tiene prohibido acercarse a la ventana de su recámara para rezar desde allí la mencionada oración o para realizar la bendición a los fieles.
Ante los rumores sobre eventuales afectaciones de tipo cardíaco sufridas por el papa, el equipo médico que atiende al líder católico apunta que Francisco “no tiene ningún problema cardíaco en este momento, nunca lo ha tenido en el pasado (...) así que el corazón está bien”.
En ese mismo sentido, y ante los interrogantes sobre el proceso de recuperación y la expectativa por conocer las razones por las que el papa no ha recibido el alta médica, los expertos advirtieron, en declaraciones recogidas por medios internacionales, que “generalmente después de una intervención de este tipo uno permanece hospitalizado 4 o 5 días”, añadiendo que pese a ello, el papa ha manifestado su deseo de salir pronto, pero ellos le han sugerido quedarse una semana en recuperación con el fin de poder monitorear de forma correcta el proceso.
Para los médicos, entre mejor sea la recuperación del papa, mayores podrían ser las posibilidades de que él retome sus compromisos de trabajo “con más fuerza y seguridad”, más aún, teniendo en cuenta que el papa Francisco se enfrentará a duras jornadas de peregrinaje durante su próximo viaje a Portugal, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud a desarrollarse a comienzo del mes de agosto.
En ese sentido, los médicos acusaron que es difícil dar de alta al papa de 86 años, teniendo en cuenta que él no cumple con un reposo como la mayoría de las personas en su situación, sino que posiblemente se enfocará en sus labores y compromisos como jefe de Estado de El Vaticano y cabeza del catolicismo.
Si bien los médicos han planteado una serie de recomendaciones para el pontífice, aclaran que este será el encargado de tomarlas o desecharlas, incluso también podría firmar su salida voluntaria.
En ese sentido, los médicos abogan ante el propio paciente que minimice los riesgos, dada la complejidad y necesidad de la recuperación de la pared abdominal que tuvo que ser intervenida en el marco de la cirugía de emergencia de días pasados, acusando que es necesaria una debida cicatrización y adopción de la prótesis implantada, más aún porque si se presenta alguna anomalía con esa recuperación, el papa deberá volver a ser intervenido.
La cirugía del pasado 7 de junio respondió a la necesidad de retirar algunas adherencias que representaban dolor en el abdomen, y que son consecuencia de la intervención de colon que tuvo que serle practicada en julio de 2021.
Esta cirugía duró tres horas y se realizó bajo anestesia general.
De momento, las labores del papa están suspendidas y su agenda cancelada hasta el próximo 18 de junio.
Dentro de las preocupaciones mundiales por la salud del papa, también se ha recordado que este presenta deficiencias pulmonares debido a una cirugía que a los 21 años debió practicarse, y también ha presentado problemas con una de sus rodillas.