Los chilenos votan este domingo en un plebiscito si mantienen la criticada Constitución vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet o escogen un nuevo texto aún más conservador, lejos de la efervescencia con la que hace cuatro años se abrió este proceso.
Más de 15 millones de chilenos están habilitados para votar “a favor” o “en contra” de una propuesta de Constitución redactada por un órgano dominado por el ultraconservador Partido Republicano.
El texto disminuye el peso del Estado, podría limitar algunos derechos, como el aborto terapéutico, y endurece el trato a los migrantes con la expulsión “en el menor tiempo posible” de quienes estén en situación irregular.
La expresidenta Michelle Bachelet acudió a las urnas y dijo: “Yo siempre prefiero algo malo que algo pésimo”, ante lo que pueda ocurrir con los resultados.
“Estamos hablando de una nueva Constitución, son cosas distintas, un plebiscito a que haya una nueva Constitución y lo que la gente debería votar es si está a favor o en contra”, señaló la exmandataria.
El aumento de los delitos violentos –que los chilenos asocian a la llegada de migrantes extranjeros, en su mayoría venezolanos– y una economía que no despega tras un fuerte ajuste destinado a contener la inflación, concentran ahora la atención de la población.
Cuatro años después de salir a las calles para reclamar mayor justicia social, los habitantes ahora quieren más policías, orden y seguridad.
“Es otro Chile. El país ha cambiado de manera dramática (...) y de cierta forma se ha vuelto un país más latinoamericano. Los chilenos se consideraron siempre como una excepción, un país más europeo y no como sus vecinos, y ahora se parecen un poco más a ellos”, señaló Michael Shifter, expresidente del centro de estudios Diálogo Interamericano y profesor de la Universidad de Georgetown.
Aunque reformada varias veces en democracia, el cambio de la Constitución de Pinochet era una vieja aspiración de la izquierda chilena, que apunta a su origen ilegítimo y la escasa protección que establece de derechos sociales como salud, vivienda, pensiones y educación.
Pero frente a una propuesta todavía más conservadora, los partidos de la izquierda chilena llamaron a votar “en contra” de un texto que profundiza aún más el modelo neoliberal.
*Con información de la AFP.