En una operación conjunta con Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, la Policía Nacional de España desmanteló una organización criminal internacional que realizaba rituales chamánicos en España, con psicoactivos prohibidos y peligrosos que introducían ilegalmente desde Colombia.
En la operación han sido detenidas 18 personas en Ibiza, Málaga, Lloret del Mar (Gerona) y distintas localidades de Madrid -Fuente el Saz de Jarama (cuatro), Valdetorres del Jarama (diez) y Madrid capital-, por una presunta participación en delitos como pertenencia a organización criminal o contra la salud pública.
Los arrestados promocionaban y organizaban reuniones en las que se suministraban sustancias psicoactivas peligrosas para la salud a los participantes, según comunicó la Policía. A algunos de los detenidos se les imputan también delitos como trata de seres humanos, intrusismo profesional, contrabando, infracción de la ley de extranjería o contra los derechos de los trabajadores.
Las investigaciones comenzaron cuando los agentes descubrieron un entramado comercial que proporcionaba rituales neochamánicos a través de las redes sociales y sitios web. Los patrocinadores aseguraban que estos encuentros mejoraban la salud física y emocional gracias al consumo de psicoactivos.
La organización criminal contaba con una sede en la selva colombiana, desde donde se abastecía de los medios y materia prima necesarios para elaborar ayahuasca, que posteriormente era introducida en España de manera clandestina a través del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Además de esta sustancia, el sapo bufo, la rana kambó o el peyote también eran habituales en estos llamados “retiros de evolución interior”.
Rituales en Madrid y otras ciudades
Los rituales se producían en los denominados “epicentros de evolución interior”, distribuidos en provincias como Madrid, Barcelona, Málaga, Granada e Ibiza. También se llevaban a cabo en otros países europeos y en otras partes del mundo como México, Colombia o Turquía. Los miembros de la organización encargados de las ceremonias se sometían a largas jornadas de trabajo en condiciones irregulares.
El consumo de sustancias era ‘revisado y avalado’ por un médico colegiado y su pareja, que se hacía pasar por licenciada en medicina. La banda contaba con un líder, fallecido durante la instrucción del caso, al que se consideraba un maestro espiritual o gurú. A este último también se le imputaron delitos contra la libertad e indemnidad sexual y de favorecimiento a la inmigración clandestina.
Durante el operativo se han intervenido 24.000 euros en efectivo, un vehículo de alta gama, 60 kilos de ayahuasca y un kilo de mezcalina, así como otras sustancias psicoactivas e instrumentos para su consumo.
La Policía aseguró que estos rituales de corte neochamánico, en los que la administración de sustancias viene acompañada de parafernalia ambiental, ayudan a inducir procesos disociativos de la conciencia en los participantes. Son habituales en las ceremonias practicadas por las llamadas ‘sectas new age’.
Con información de Europa Press*