Cuando Arévalo emergió victorioso en las elecciones presidenciales el 20 de agosto, el líder socialdemócrata comprendió que el camino hacia el cambio no sería fácil, anticipando una resistencia que podría provenir de actores poderosos. En una declaración realizada en el Wilson Center, un destacado foro no partidista, Arévalo compartió su conocimiento sobre los desafíos que enfrentaría en su mandato.
Desde la primera vuelta electoral que tuvo lugar en junio, Arévalo y su partido, Semilla, se han convertido en un objetivo de las acciones legales de la fiscalía. La fiscalía ha argumentado que existen supuestas anomalías en la inscripción del partido en 2017, lo que ha llevado a solicitar la suspensión del movimiento. Este escenario ha inyectado aún más complejidad y controversia en el proceso político guatemalteco.
El último episodio en esta serie de enfrentamientos fue cuando la fiscalía llevó a cabo un allanamiento en la sede del tribunal electoral. Durante esta operación, las autoridades incautaron cajas que contenían actas de los resultados de las elecciones, intensificando así la tensión política en el país.
“Lo que veo ahora parece un golpe de Estado a cámara lenta”, afirmó Arévalo en inglés. “Eso es indignante y es inaceptable. Representa una grave alteración del orden constitucional” y debe ser examinado por la Organización de los Estados Americanos (OEA), que ya ha llevado a cabo misiones de buenos oficios en el país centroamericano.
Según las declaraciones del presidente electo Arévalo, las iniciativas judiciales que han estado en marcha plantean interrogantes serios acerca del compromiso del gobierno saliente, presidido por el líder de derecha Alejandro Giammattei, con respecto a garantizar un traspaso de poderes fluido y efectivo en enero. La preocupación de Arévalo radica en el impacto que estas acciones legales pueden tener en la estabilidad política y en la continuidad de la gobernabilidad en Guatemala.
Vale la pena destacar que, a pesar de su parentesco con el expresidente Juan José Arévalo, quien ocupó el cargo de presidente democrático de Guatemala entre 1945 y 1951, el propio Arévalo era relativamente desconocido para el público en general, incluso habiendo sido diputado hasta hace apenas unos meses. Su ascenso a la presidencia ha sido meteórico y sorprendente para muchos.
El presidente Arévalo atribuye su éxito electoral a su compromiso inquebrantable de “poner fin a la influencia de las redes corruptas” en la política guatemalteca. Este enfoque ha resonado fuertemente entre los votantes, quienes anhelan un cambio significativo en la lucha contra la corrupción y la mejora de la transparencia gubernamental en el país.
A medida que asume la responsabilidad de liderar Guatemala, Arévalo se enfrenta a la monumental tarea de cumplir estas promesas y de mantener la confianza del pueblo guatemalteco en un período crucial para el país.
“El miedo de estos actores corruptos a que tengamos éxito es precisamente lo que ha desencadenado la persecución judicial y esa campaña de intimidación” contra Semilla y sus seguidores en las redes sociales, añadió.
“La intención es clara: quieren retrasar o impedir mi investidura como presidente”, estima Arévalo, que, sin embargo, garantizó al público que no tiene “ninguna duda” de que asumirá el cargo, aunque sea “un camino lleno de baches”. El político de 64 años desconoce si la primavera que promete tendrá éxito.
“No sé si lo lograremos y seremos nosotros los que consigamos romper el ciclo de corrupción, y si esta va a ser la primavera definitiva, permitiendo que el país prospere”, reconoció. “Tal vez fracasemos y haya otro intento” de golpe de Estado. Recalcó que: “si fallamos, pero creo que lo que no podemos hacer es no intentarlo”.
Lo dijo un día después de mantener un encuentro virtual con el jefe de la diplomacia estadounidense Anthony Blinken, quien advirtió que Estados Unidos “seguirá utilizando todas las herramientas disponibles contra quienes actúen para socavar la democracia” en Guatemala.
El pasado martes Arévalo se reunió con congresistas, que le expresaron su preocupación por la situación que atraviesa el país.
*Con información de AFP.