El pasado martes los partidos Demócrata y Republicano se vieron las caras en las elecciones a mitad de mandato, que eligen la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Tanto Biden como Trump aspiraban a dar un golpe sobre la mesa, pero ninguno terminó haciéndolo y todo podría seguir más o menos igual.

Al cierre de esta edición, aún no había resultados definitivos, pero en el Senado los demócratas contaban con un total de 46 escaños, mientras que los republicanos registraban 48. Aun así, el partido de gobierno logra el empate gracias a los dos puestos de los independientes en la cámara superior. Quedan todavía por definirse Alaska y Nevada, donde ganan republicanos, y Arizona, donde triunfa el partido de gobierno. Y, por último, Georgia, que tendrá una segunda vuelta el 6 de diciembre.

Cada estado se rige por una ley federal distinta, por lo cual elige su forma de conteo y de desempate. Es por esto que la segunda vuelta en Georgia podría ser tan definitiva. En las elecciones del martes ganó el partido de gobierno, pero no logró el 50 por ciento necesario para ser declarado vencedor.

De triunfar los demócratas, mantendrían la ventaja, pero, si gana el Partido Republicano, ellos se llevarían la mayoría del Senado. El punto clave para Biden es que, si hay un empate 50 a 50, la vicepresidenta desempata, lo cual les daría el triunfo.

Este martes, demócratas y republicanos se jugaron más que el control del Congreso.

Georgia eligió a Biden, y hace unos años, también en segunda vuelta, votaron por el candidato demócrata al Senado; por tanto, no se espera que el panorama cambie en diciembre. Esta victoria, junto con la de Arizona, le daría un respiro al Gobierno, que aún confía en presentar varias reformas y leyes sin tener que pasar por una dura negociación con la oposición republicana, que no lo quiere ver ni en pintura.

El presidente demócrata, por su parte, se mostró feliz con los resultados del Senado y de las gobernaciones. En estas últimas su partido recuperó dos estados. “Ha sido un buen día para la democracia y para Estados Unidos”, declaró Biden. “Independientemente de lo que muestre el recuento final de estas elecciones, y todavía hay que contar, estoy preparado para trabajar con mis colegas republicanos”, complementó el mandatario en un discurso a la nación.

Pero el gran alivio de Biden y de los demócratas fue que nunca llegó la dichosa “ola roja” que aseguraban sus rivales políticos republicanos tanto para Senado como para Cámara, y que prometían tomar el control del país y ser una piedra en el zapato para los dos años restantes del presidente en la Casa Blanca. “Aunque la prensa y los expertos predecían una ola roja, no se ha producido”, declaró el mandatario.

Biden, confiado por el resultado no tan adverso, se animó a revelar que tiene toda la intención de presentarse a la reelección presidencial en 2024. Pero más allá de su vocación política –él mismo lo declaró–, se postulará para evitar que Trump vuelva a la Casa Blanca. Si bien el presidente tuvo una pequeña victoria, el exmandatario republicano también, pero se ve muy debilitado.

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ahora se ve en una difícil situación de cara a su futuro político. | Foto: REUTERS

¿Qué hará Trump?

Si Biden estaba animado después de las elecciones, Trump lo estuvo antes de los comicios. El expresidente recorrió el país, impulsó candidatos de su gusto, dio entrevistas en las que aseguraba que su partido iba a recuperar con amplia diferencia ambas cámaras, además de ser ambiguo, pero casi confirmando que también se presentará en 2024.

Los republicanos ganaron en la Cámara de Representantes y controlarán una parte del Congreso. No obstante, los escaños que esperaban fueron muchos menos para considerar que la crisis de los demócratas y la añoranza al Gobierno Trump estuviera en auge. Aunque tendrán el control de la cámara baja, será por un par de escaños.

“Si bien en cierto modo las elecciones de ayer fueron algo decepcionantes, desde mi perspectiva personal fue una gran victoria”, dijo Trump este miércoles en su plataforma Truth Social. Con la baja popularidad de Biden y la situación económica del país, muchas miradas se posaron sobre el expresidente, ya que se asumía un triunfo fácil para los republicanos en los comicios. Pero su figura polariza tanto que no es suficiente para dar el impulso necesario.

Es tal la situación de Trump que incluso varios de sus partidarios ya piden que se pase la página del expresidente y se les dé espacio a nuevas figuras. Por ejemplo, el representante republicano Adam Kinzinger tuiteó que el Partido Republicano “debería expulsar a la familia Trump de su futuro léxico”.

El gobernador de la Florida, Ron De Santis | Foto: Copyright 2021 The Associated Press. All rights reserved

Asimismo, Geoff Duncan, vicegobernador republicano de Georgia, dijo en CNN que “este es realmente un punto de pivote para el Partido Republicano. Es un momento en el que Donald Trump está sin duda en el espejo retrovisor y es tiempo de avanzar con el partido”, declaró.

En contraste, emergieron otras figuras republicanas, como el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien aseguró su reelección con una gran diferencia y ha convertido al estado en un bastión para la oposición. Se rumora que él, el exvicepresidente Mike Pence y Trump serían las fichas para la presidencia.

Pero no todo fueron derrotas para el expresidente. Logró poner 95 negacionistas republicanos de las elecciones de 2020, los cuales fueron electos el martes para cargos de representantes, senadores o gobernadores, mientras que solo 28 fueron derrotados, según un análisis de la BBC. Aun así, muchos tuvieron votaciones menos contundentes de lo esperado.

Trump contó que tiene preparado un “gran anuncio” para el próximo 15 de noviembre, en lo que se espera que sea la confirmación oficial de su candidatura para 2024. Pero como han sido las cosas, su victoria en las primarias republicanas o contra el mismo Biden estaría en vilo. Según una encuesta de YouGov, el expresidente perdería las elecciones contra el actual mandatario demócrata por dos puntos.

Sin embargo, otro sondeo de la misma firma mostró que una cuarta parte de los estadounidenses no quieren ni que Biden ni Trump sean candidatos para las siguientes elecciones presidenciales. ¿Será el momento de que ambos líderes políticos den un paso al costado?