El mandatario demócrata, Joe Biden, y su predecesor republicano, Donald Trump, casi empatados en las encuestas, se enfrentarán este jueves, 27 de junio, en el primer debate de las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, después de meses de ataques verbales.
Millones de estadounidenses seguirán este cara a cara que se anuncia tenso a partir de las 21H00 locales (01H00 GMT del viernes) en Georgia (este), uno de los estados más disputados en los comicios.
El demócrata, de 81 años, y el republicano, de 78, van codo con codo en los sondeos.
Según una encuesta publicada este miércoles, 26 de junio, por la Universidad de Quinnipiac, Trump aventaja por primera vez a Biden con 49 % de la intención de voto frente a un 45 % a nivel nacional. Otra, difundida el domingo por la cadena Fox, beneficiaba –por el contrario– al demócrata (50 % contra 48 %).
Ambos partidos esperan que el enfrentamiento de hora y media les permita ganar votos entre los indecisos, que podrían ser claves en noviembre.
Aunque poco carismático, el actual presidente se presenta como garante de la democracia frente a un rival temperamental y propenso a digresiones falsas que nunca reconoció su derrota en 2020.
Normas estrictas
El debate será moderado por dos periodistas de la CNN, Jake Tapper y Dana Bash, siguiendo unas reglas estrictas.
En un intento por evitar la cacofonía del primer debate de 2020, durante el cual Biden y Trump se pasaron hora y media gritando e interrumpiéndose, la cadena apagará el micrófono a cada candidato cuando termine el tiempo de respuesta estipulado.
Además, el programa se desarrollará sin público ni teleprónter, el dispositivo que permite mostrar textos a los oradores para que los lean sin apartar la mirada de la cámara.
Biden, el presidente más viejo de la historia del país, lleva días encerrado con asesores para preparar el debate. Tendrá que tranquilizar al país, más preocupado por su evidente deterioro físico que por el de su oponente, pese a que solo es tres años más joven.
“En los medios de comunicación, muchos ya están dispuestos a entregarle un trofeo a Joe Biden si logra permanecer de pie durante 90 minutos”, estimó Jason Miller, un asesor de la campaña republicana.
El expresidente insinúa que su rival será “dopado” antes de comparecer ante las cámaras.
Trump quiere explicar en Atlanta, la capital de Georgia, sus planes para encauzar la inflación, garantizar la seguridad en la frontera con México y poner fin a las guerras en el mundo, dijo Miller.
Visiones contrapuestas
Estas elecciones enfrentan dos visiones radicalmente opuestas de Estados Unidos que giran sobre todo en torno al poder adquisitivo y la migración.
En este sentido, Biden intenta desmarcarse de la retórica de su rival, que acusa a los migrantes, muchos de ellos latinoamericanos, de “envenenar la sangre” del país.
El debate de este jueves será excepcional en todos los sentidos.
Nunca antes los estadounidenses habían tenido que decidir entre candidatos tan viejos ni sopesar si confían las llaves de la Casa Blanca a un expresidente declarado culpable en un caso de pagos ocultos a una actriz porno y que se expone a una pena de prisión.
Tienen otra opción: el candidato independiente Robert Kennedy Jr, que denuncia su exclusión del debate.
Este sobrino del asesinado expresidente John Fitzgerald Kennedy, con muy pocas posibilidades de ganar, celebrará un acto el jueves en Los Ángeles (California), que será retransmitido en directo por la plataforma X.
Está previsto un segundo debate el 10 de septiembre, dos meses antes de los comicios.
*Con información de AFP.