El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, calificó de “inadmisible” el aborto de una niña de 11 años que se sometió a ese procedimiento tras ser víctima de una violación. “Un bebé de SIETE MESES de gestación, no se discute cómo fue concebido, si está amparado o no por la ley. Es inadmisible hablar de quitar la vida de ese ser indefenso”, escribió en Twitter la noche del jueves el ultraderechista.
Bolsonaro compartió además la imagen de un bebé de 25 semanas en una incubadora, cuatro menos que el feto de la niña. El miércoles la pequeña de 11 años abortó luego de que una jueza de Santa Catarina (sur), Joana Ribeiro Zimmons, intentara impedirlo, pese a que por su edad es considerada víctima de violación, según reportó la prensa brasileña.
El caso causó indignación en Brasil, donde muchos internautas viralizaron la leyenda “Criança não é mãe (Niña no es madre)” en las redes sociales.
En el mayor país de Latinoamérica el aborto es considerado un delito, con una pena prevista de entre uno y tres años de prisión. Pero es legal bajo tres situaciones: ante un embarazo como consecuencia de una violación, cuando existe riesgo de vida para la mujer o en caso de anencefalia del feto.
Bolsonaro, un ultraderechista que fue electo en 2018 con el apoyo clave de sectores evangélicos, ha dicho que, por él, el aborto “jamás será aprobado” en Brasil. El mandatario brasileño agregó que la única certeza es que tanto “la niña embarazada de siete meses” y el bebé fueron víctimas (...) que no deberían pagar por lo que no son culpadas” y “ser protegidas del asedio maligno de grupos proaborto”.
“Porque veo el sufrimiento de las víctimas y la cobardía de los violadores, siempre he luchado por penas más duras para este delito, incluida la castración química. Para nosotros, tanto la de once años como la de siete meses son vidas que hay que preservar (...) arrebatar una vida inocente no cura las heridas ni hace justicia”, ha valorado Bolsonaro en una serie de mensajes coronados con la fotografía de un bebe de casi siete meses.
Además, afirmó que solicitó a los ministerios de Justicia y de Mujer, Familia y Derechos Humanos que investiguen los “abusos” cometidos por quienes participaron del aborto.
Un procedimiento casi imposible
La menor logró someterse a un aborto en un hospital de Santa Catarina, después de que en mayo el mismo centro le solicitara a la familia una autorización judicial, tal y como marcan los protocolos del Ministerio de Salud cuando el embarazo ha superado las 20 semanas.
No obstante, si bien el Ministerio de Salud recomienda interrumpir el embarazo antes de que se cumplan 20 semanas, la legislación brasileña no establece límite alguno ni exige una autorización judicial para realizar este proceso.
A pesar de que la familia obtuvo una autorización judicial, la jueza del Tribunal de Justicia de Santa Catarina, Joana Ribeiro, retiró de manera momentánea a los padres la custodia de la menor y la envío a un centro de acogida, impidiendo así el aborto, relata el portal G1 del diario ‘O Globo’.
Durante la audiencia judicial, la juez Ribeiro llegó a preguntar a la menos si “soportaría un poquito más” el embarazo “porque es un bebé” y “nacerá llorando”, si quería tener el bebe, a lo que respondió que no, y si creía que el padre --es decir, el violador-- estaría de acuerdo en darle en adopción, según unos vídeos publicados en varios portales, de los que se han hecho eco medios brasileños.
Después de la repercusión del caso, la Fiscalía recomendó al hospital que realizara el procedimiento para interrumpir el embarazo de la niña y la jueza está siendo investigada por el Consejo Nacional de Justicia y por el departamento de asuntos internos del Tribunal de Justicia de Santa Catarina.
*Con información de AFP y Europa Press.