El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recriminó a su homólogo ruso que la guerra declarada a Ucrania a finales de febrero es “enfermiza” y le exigió la salida de las tropas de Rusia en territorio ucraniano para acabar con el conflicto.
En el marco de la visita del presidente francés, Emmanuel Macron, a Washington, Biden reconoció que aunque la retirada rusa de Ucrania sería la vía más racional para acabar con la guerra, Putin “parece que no va a hacer eso” y está “pagando un precio muy alto por ello”.
“Está pagando un precio muy alto por no hacerlo, pero está infligiendo una carnicería increíble a la población civil de Ucrania. Bombardear hospitales y guarderías es enfermizo”, ha recriminado Biden, según ha informado la cadena CNN.
Consultado sobre sus intenciones de iniciar contactos con Vladimir Putin, Biden ha reconocido que no tiene planes inmediatos de entablar conversación con el mandatario ruso, pero se ha mostrado “preparado para hablar” si desde Moscú se demuestra estar buscando una forma de acabar la guerra.
“Si ese es el caso, en consulta con mis amigos franceses y de la OTAN, estaré feliz de sentarme con Putin para ver qué quiere, qué tiene en mente. Todavía no lo ha hecho”, explicó el inquilino de la Casa Blanca.
Así pues, mientras esto sucede o no, Biden ha abogado por seguir apoyando al pueblo ucraniano, una postura defendida también por el propio presidente Macron.
Joe Biden se reunirá con Lula da Silva antes de que asuma la presidencia
Por otro lado, el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, tiene previsto reunirse con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, antes de asumir el cargo.
El representante de Lula da Silva, Fernando Haddad, ha anunciado este miércoles que el presidente electo, antes de iniciar su tercer mandato en enero del próximo año, visitará Estados Unidos y Argentina.
Asimismo, el también exministro de Educación con Lula y con la exmandataria Dilma Rousseff ha asegurado que el próximo dirigente brasileño habría recibido una invitación para ir a China, recoge el periódico ‘Folha de S.Paulo’.
No obstante, confirmar el viaje al gigante asiático es “más difícil” por falta de tiempo para realizarlo antes de asumir el cargo, ha indicado.
“Lula concluirá el año habiendo hablado con las grandes potencias del mundo”, ha declarado Haddad, agregando que el líder del Partido de los Trabajadores, desde su victoria presidencial, ha recibido numerosas invitaciones de altos funcionarios para tener conversaciones, ya sean de forma presencial o virtuales.
De esta forma, ha explicado que la elección del presidente “está atrayendo mucha atención de inversores extranjeros”, en referencia a la presencia del mandatario en la cumbre de la COP27 en Egipto, donde consiguió iniciar negociaciones para que países occidentales participasen en donaciones para el fondo de protección ambiental del Amazonas.
La reacción de la Casa Blanca ante la elección de Lula como presidente fue veloz: 35 minutos después de que fuera declarado ganador de las elecciones de Brasil, el presidente Joe Biden emitió un comunicado felicitándole.
En ese sentido, el mandatario estadounidense, a quien se sumaron otros líderes occidentales, quiso adelantarse a cualquier posible movimiento antidemocrático del ultraderechista Jair Bolsonaro, que tardó 38 días en reconocer la victoria de Biden frente al magnate republicano Donald Trump, por quien siente admiración.
De hecho, Bolsonaro esperó hasta este martes 1 de noviembre para reconocer su derrota y con ello anunciar que ha “autorizado” el inicio del “proceso de transición”.
Con el cambio en Brasil, los dos países más poblados de América tendrán líderes con narrativas similares: políticos veteranos septuagenarios que regresaron a las urnas con el objetivo, según ellos, de salvar la democracia, y que derrotaron, aunque sea por poco, a populistas de derecha.
*Con información de Europa Press.