Al menos 57 palestinos murieron durante la madrugada del martes de 24 de octubre, tras una serie de nuevos bombardeos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) contra las ciudades de Jan Yunis y Rafá, en el sur de la Franja de Gaza.
Los ataques contra viviendas y una gasolinera en Jan Yunis han dejado hasta ahora 23 fallecidos y 80 heridos, según informó la agencia de noticias palestina Wafa.
En Rafá, ya son 30 los muertos y decenas los heridos después de que el Ejército israelí bombardeara edificios residenciales. Las autoridades aún se encuentran realizando operaciones de rescate.
Además, en la ciudad de Gaza, murió el periodista palestino Mohamed Imad Labad, tras un ataque de Israel contra un lugar cercano a su casa en el barrio de Sheij Radwan, lo que deja en 20 el número de periodistas fallecidos desde el inicio de la guerra el 7 de octubre.
Poco después, el diario palestino Filastin, vinculado al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), ha anunciado la recuperación de dos cuerpos entre los escombros de Jan Yunis y de otros tres en Rafá.
Previamente, el Ministerio de Salud palestino en la Franja de Gaza informó que el sistema sanitario del enclave “ha llegado a la peor etapa de su historia”.
Esta situación se deriva del bloqueo impuesto por Israel, que está agotando los recursos de los hospitales, incluidas sus reservas de combustible, por lo que eventualmente se quedarán sin energía, y de la saturación de sus instalaciones por el alto número de muertos y heridos.
Según datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el hospital de Shifa, el mayor de la Franja, se encuentra atendiendo a unos 5.000 pacientes, cuando su capacidad real es de 700. Además, acoge a unos 45.000 desplazados internos.
Desde el inicio de la guerra, han tenido que cerrar doce hospitales y 46 clínicas de atención primaria por los daños sufridos en bombardeos o por falta de electricidad y de suministros.
Este bloqueo ha provocado también una falta de acceso al agua potable en la región, que ha visto su suministro caer en un 20 % desde el 22 de octubre, debido al cierre de numerosas tuberías por parte de Israel, según informaciones de la OCHA.
El organismo considera que la entrada de 20 nuevos camiones con alimentos, agua y suministros médicos desde Egipto a través del paso de Rafá no es suficiente, y que supone tan solo el 4 % del volumen medio diario de productos básicos que entraban en el enclave antes del inicio de las hostilidades.
Así mismo, la OCHA se ha quejado de que estos envíos de ayuda no han incluido combustible, algo “desesperadamente” necesitado para el abastecimiento de hospitales y de instalaciones de agua.
Los ataques del Ejército de Israel contra Gaza, tras el ataque de Hamás, han dejado más de 5.000 palestinos muertos, entre ellos más de 2.000 niños, y alrededor de 15.200 heridos. Además, cerca de 1,4 millones de palestinos se han visto desplazados, de acuerdo con la última evaluación de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).
*Con información de Europa Press