El presidente de Chile, el izquierdista Gabriel Boric, llamó este martes durante su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas a “pavimentar con más democracia y no con menos” el camino “para enfrentar los problemas” de las sociedades actuales.

“Que en ningún lugar del mundo tener distintas ideas del gobierno de turno pueda terminar en persecución o en vulneración de derechos humanos”, afirmó Boric, y puso como ejemplo la existencia de “presos políticos” contrarios al gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua o el éxodo venezolano producido por la “prolongada crisis política” durante el gobierno de Nicolás Maduro.

“Me rebelo frente al abismo que algunos pretenden cavar ante la legítima diversidad de opiniones. Y desde Chile, declaramos nuestra voluntad de ser constructores de puentes ante esas brechas que nos impiden encontrarnos como sociedades diversas”, dijo el mandatario.

En su primer discurso ante la Asamblea General de la ONU desde que asumió su cargo el pasado 11 de marzo, Boric indicó que “profundizar la democracia es un ejercicio permanente en el cual solo cabe perseverar y aprender cada uno de los resultados del otro”.

El presidente chileno mencionó su compromiso con la justicia y la paz, y se comprometió a “realizar las acciones que sean necesarias, y no solo declaraciones, para detener la injusta guerra de Rusia contra Ucrania y poner fin a todos los abusos de los poderosos en cualquier lugar del mundo”. También llamó a esforzarse por detener la violencia contra las mujeres y señaló la muerte de Mahsa Amini el pasado viernes “en manos de la Policía” en Irán.

Boric pidió “no naturalizar las permanentes violaciones a los derechos humanos contra el pueblo Palestino”, para el que pidió un Estado propio, así como garantizar “el legítimo derecho de Israel a vivir dentro de fronteras seguras e internacionalmente reconocidas”.

A nivel nacional, el mandatario afirmó que el rechazo ciudadano a la propuesta de nueva Constitución ha enseñado “a ser más humildes” y a gobernar “movilizando las capacidades y la sabiduría” de las sociedades, que “no pretendiendo sustituirlas. Como presidente de Chile estoy convencido de que, en un corto plazo, Chile tendrá una Constitución que satisfaga y nos enorgullezca”, puntualizó.

Asimismo, afirmó que recoge “con los ojos y el corazón bien abiertos” el resultado del referéndum que tumbó el 4 de septiembre el borrador de la nueva Constitución, aunque confía en que el país logrará “a corto plazo” una Carta Magna capaz de garantizar lo que entiende que quieren los ciudadanos: “un futuro de cambio con estabilidad”.

Boric admitió que los ciudadanos han rechazado el borrador de “manera clara” y apuntó que, pese a que él era partidario del ‘apruebo’, no siente el fallido referéndum como “una derrota” propia. “Nunca un Gobierno puede sentirse derrotado cuando el pueblo se pronuncia”, sentenció.

Esas movilizaciones, donde también ocurrieron “graves episodios de violencia” y una “represión descontrolada” por parte de las fuerzas de seguridad, fueron el origen de un “intenso proceso político” que se prolonga a día de hoy, ejemplo de un “malestar” y un “hastío” que “dejó perplejos a muchos observadores”. Boric instó a otros gobiernos a “anticiparse” a este descontento, a buscar “una mayor justicia social” en sus propios países.

El fin del “estallido” llegó a Chile con un compromiso multipartidista para “sentar las bases de un nuevo contrato social”, con una nueva Constitución como principal exponente. Los chilenos respaldaron mayoritariamente la creación de una Convención Constitucional ad hoc, pero este mismo mes han tumbado el texto propuesto.

Ahora, es momento de buscar “nuevas fórmulas” para construir un nuevo “lugar de encuentro”, en una invitación de Boric a otras facciones políticas y representantes de la sociedad civil. Aspira a “combinar lo mejor de cada uno” para redactar y aprobar una nueva Constitución, algo factible “a corto plazo”, a su juicio.

*Con información de AFP y Europa Press.