Acusado por sus detractores de copiar el estilo del expresidente estadounidense Donald Trump, Boris Johnson se encontraba bajo creciente presión el martes para disculparse por un controvertido comentario sobre el líder de la oposición británica, que fue después atacado por manifestantes.
El líder del Partido Laborista, principal fuerza de oposición, Keir Starmer, tuvo que ser sacado en un coche de policía el lunes por la noche cuando, cerca del parlamento de Westminster, fue rodeado por una multitud enardecida que lo acusó de “proteger a pederastas”.
Esta acusación, que corre desde hace tiempo por círculos conspiratorios ultraderechistas británicos, había sido utilizada contra el político opositor por el propio Johnson la semana anterior cuando se defendía ante los diputados tras la publicación de un nocivo informe sobre las fiestas celebradas en Downing Street durante los confinamientos.
El controvertido primer ministro de la indisciplinada cabellera rubia, cuyo puesto pende de un hilo debido a la acumulación de escándalos y el descontento en las filas de su propio Partido Conservador, tildó el ataque del lunes a Starmer de “absolutamente vergonzoso”.
“Todas las formas de acoso a nuestros representantes electos son completamente inaceptables”, tuiteó, agradeciendo “a la policía su rápida respuesta”.
Sin embargo, el martes por la mañana, su equipo se esforzaba por desvincularlo de los comentarios hechos por el líder conservador la semana anterior en la Cámara de los Comunes.
“No creo que se pueda señalar lo que dijo el primer ministro como la causa de esto, ciertamente no se le puede culpar de que la multitud se comportase claramente de una manera totalmente inaceptable”, afirmó el secretario de Estado para la tecnología, Chris Philp, al canal Sky News.
“Sobreviviré”
Defendiendo con uñas y dientes su supervivencia política, amenazada por la posibilidad de una moción de censura interna en su partido, Johnson atacó a Starmer en una muy agitada sesión parlamentaria el 31 de marzo acusándolo —como jefe de la fiscalía británica de 2008 a 2013— de haber “pasado todo el tiempo procesando a periodistas” en lugar de al pederasta Jimmy Savile, difunta estrella de la televisión.
Sin embargo, Starmer no tuvo ningún papel en la decisión de no procesar a Savile, pese a que posteriormente pidió disculpas en nombre de la fiscalía por los errores cometidos en ese caso.
Los llamados se multiplican desde hace una semana para que Johnson se retracte. E incluso una de sus más estrechas colaboradoras, Munira Mirza, responsable de políticas en Downing Street, renunció estrepitosamente reprochándole haber lanzado una acusación “engañosa” y no pedir abiertamente perdón como ella le aconsejó.
Pero el primer ministro sigue sin dar su brazo a torcer, lo que tras el incidente del lunes, grabado y difundido ampliamente en las redes sociales, atizó más las críticas, incluso en su propio campo.
“Impidamos que esta deriva hacia un estilo político trumpiano se convierta en la norma”, tuiteó el diputado conservador Tobias Ellwood, urgiendo: “primer ministro, discúlpese por favor”.
No es la primera vez que Johnson es comparado con Donald Trump, con quien presumía de mantener buenas relaciones cuando este estaba en la Casa Blanca y quien, según el diario Daily Mail, considera que su amigo británico “es el mejor primer ministro desde Winston Churchill” que haya tenido el Reino Unido.
Elegido triunfalmente en 2019 con la más importante mayoría conservadora desde los años 1980 gracias a su promesa de llevar a cabo el Brexit, Johnson ha visto en los últimos meses su popularidad en caída libre.
Pero su nuevo director de comunicación, Guto Harris, aseguró el lunes a un medio local que el primer ministro “no es un completo payaso sino alguien muy simpático” y que le canturreó la célebre canción de Gloria Gaynor “I will survive” (“Sobreviviré”).
*Con información de la AFP