En la víspera de una comparecencia que podría costarle su futuro político, Boris Johnson admitió el martes 21 de marzo que condujo a un error al Parlamento británico sobre las fiestas celebradas en Downing Street durante los confinamientos, pero aseguró haber actuado de buena fe.
El controvertido ex primer ministro británico se vio obligado a dimitir en julio a raíz de una serie de escándalos, entre ellos el conocido como partygate, las múltiples fiestas celebradas en sus oficinas mientras el Reino Unido vivía bajo duras restricciones contra la covid-19.
Ahora está siendo investigado para determinar si engañó intencionalmente a los diputados cuando les dijo, en varias ocasiones desde diciembre de 2021, que se habían “respetado las normas en todo momento”.
Si la investigación concluye que Johnson, de 58 años, le mintió conscientemente a la Cámara de los Comunes, esto podría costarle su escaño de diputado e incluso dar fin a su carrera política, pese a que desde su dimisión ha dado señales de querer retomar el liderazgo conservador y el poder.
La comisión parlamentaria que indaga sobre su actuación le tomará declaración el miércoles 22, en una audiencia retransmitida por televisión que se espera dure varias horas y despierta enorme expectación.
Un día antes, su defensa publicó 52 páginas de “pruebas escritas”, divididas en 110 puntos.
“Asumo toda la responsabilidad por todo lo que ocurrió bajo mi vigilancia”, dice el exjefe de Gobierno en su introducción.
“Ahora está claro que durante varios días hubo reuniones” en Downing Street, afirma, reconociendo que “nunca deberían haber tenido lugar” y pidiendo disculpas a los británicos.
En un país con más de 220 mil muertos por covid-19, el segundo mayor balance de Europa detrás de Rusia, la asociación de familias de las víctimas denunció el martes como “obvio” que Johnson le mintió conscientemente al Parlamento e insistió en que debería dimitir como diputado.
“Pero mucho peores son las mentiras que dijo deliberadamente a las familias en duelo, después de no proteger a nuestros seres queridos. Su afirmación de que lo hizo de ‘buena fe’ es repugnante”, afirmó en un comunicado.
Culpa a sus asesores
En su defensa, Johnson admite: “Es cierto que mis afirmaciones al Parlamento, de que se habían respetado las normas en todo momento, no fueron exactas y aprovecho esta oportunidad para pedir disculpas”.
“Acepto que la Cámara de los Comunes fue inducida al error por mis declaraciones”, reconoce, “pero cuando hice esas declaraciones, las hice de buena fe y con base en lo que honestamente sabía y creía en ese momento”.
“No engañé intencionada o imprudentemente al Parlamento el primero de diciembre de 2021, el 8 de diciembre de 2021 ni en ninguna otra fecha”, escribe.
En un informe preliminar publicado a principios de marzo, la comisión dijo que las pruebas que había reunido “sugieren fuertemente” que las infracciones de las normas anticovid debían haber sido “obvias” para Johnson.
Pero el martes, el ex primer ministro culpó a sus asesores, quienes –dijo– le habían asegurado que no se había infringido ninguna norma.
“Estaba centrado en decisiones difíciles relativas a la pandemia (así como en otros asuntos que el primer ministro debe abordar), mi agenda estaba repleta, el número 10 es un entorno complejo y yo entraba y salía constantemente del edificio”, explicó.
“No se puede esperar que un primer ministro investigue personalmente asuntos como estos. Tenía que confiar, y tenía todo el derecho a hacerlo, en lo que me decían mis asesores de confianza”, agregó.
El exlíder conservador y el actual primer ministro, Rishi Sunak, entonces su ministro de Finanzas, fueron multados por la Policía por asistir a una breve celebración del cumpleaños de Johnson en la sala del consejo de ministros.
En un goteo constante a lo largo de varios meses, una serie de revelaciones sobre estas fiestas, muchas bañadas en alcohol y otros excesos, indignaron a la opinión pública británica.
*Con información de la AFP.