El primer ministro británico, Boris Johnson, realiza el miércoles una controvertida visita a Arabia Saudita para hablar de petróleo, tras haber instado a los países occidentales a cesar su “adicción” a los hidrocarburos rusos en el marco de la guerra de Ucrania.
Johnson se reunirá primero en Abu Dabi con el gobernante de Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohamed bin Zayed, y después se encontrará en Arabia Saudita con el príncipe heredero Mohamed bin Salman, con la esperanza de convencerle de que aumente su producción de petróleo.
Los países del G7, del que forma parte el Reino Unido, pidieron la semana pasada a los productores de petróleo y gas que “aumentaran sus entregas” para hacer frente al aumento de los precios de la energía debido a la guerra en Ucrania y a las sanciones impuestas a Rusia.
Según Downing Street, las conversaciones se centrarán en “los esfuerzos para mejorar la seguridad energética y reducir la volatilidad de los precios de la energía y los alimentos que afectan a las empresas y los consumidores británicos”, que ya se enfrentan a un aumento del costo de la vida, “así como la estabilidad regional” en Oriente Medio.
En un artículo de opinión publicado el martes en el diario conservador Daily Telegraph, Johnson consideró que los líderes occidentales cometieron un “terrible error” al permitir que el presidente ruso Vladimir Putin “se saliera con la suya” tras la anexión de Crimea en 2014 y al incrementar su dependencia del gas y el petróleo rusos.
“Cuando finalmente lanzó su cruel guerra en Ucrania, sabía que el mundo lo tendría muy difícil para castigarlo. Sabía que había creado una adicción”, subrayó Johnson. “El mundo no puede someterse a este chantaje continuo”, agregó, pidiendo que se ponga fin ahora a dicha “adicción”.
Ejecución de 81 condenados a muerte
Estados Unidos y el Reino Unido decidieron dejar de importar petróleo ruso, mientras que la Unión Europea, mucho más dependiente, tiene previsto reducir en dos tercios sus compras de gas a Moscú este año.
Afirmando que la Rusia de Putin no produce “prácticamente nada más” que el “resto del mundo quiera comprar”, Johnson sostuvo que “si el mundo puede acabar con su dependencia del petróleo y el gas rusos, podemos quitarle su dinero, destruir su estrategia”.
Su visita a Arabia Saudita se inscribe precisamente en este contexto, explicó a los periodistas el martes. “Si queremos resistir a la intimidación de Putin, si queremos evitar ser chantajeados como tantos países occidentales lo han sido por desgracia, debemos dar la espalda a los hidrocarburos rusos”, insistió.
Esto significa “hablar con otros productores de todo el mundo”, añadió, y “construir la coalición más fuerte y amplia posible” contra Rusia. El viaje fue duramente criticado por los activistas de los derechos humanos, especialmente tras la ejecución de 81 personas condenadas a muerte en Arabia Saudita el sábado.
Johnson debe también exponer en las próximas semanas la estrategia de seguridad energética de se gobierno, centrada en las energías renovables y en la extracción de petróleo y gas del mar del Norte, lo que ayudaría a reducir la dependencia energética del Reino Unido y a cumplir su objetivo de cero emisiones netas de carbono para 2050.
Las ONG Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI) han coincidido en la necesidad de abolir la pena de muerte en Arabia Saudí tras la ejecución de 81 personas el pasado fin de semana, elevando el recuento de ejecuciones a 92 en lo que va de año.
El Ministerio del Interior anunció el sábado que estas 81 personas serían ejecutadas por delitos relacionados con terrorismo, asesinato, robo y contrabando de armas. Otros tantos fueron condenados por cargos como “perturbar el tejido social y la cohesión nacional” y “participar e incitar a sentadas y protestas”.
*Con información de la AFP.