El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, ha reiterado este martes que “por supuesto” puede liderar al Partido Conservador de cara a las próximas elecciones generales, a pesar de que su cargo se encuentra en entredicho por el escándalo de las fiestas en Downing Street durante la pandemia.

Así lo ha asegurado preguntado por esta cuestión en Escocia, a donde acudió el lunes. El ‘premier’ no se ha reunido con el líder de los conservadores escoceses, Douglas Ross, uno de los ‘tories’ que se han posicionado públicamente a favor de su dimisión por el escándalo de las fiestas. Ross cree que su situación no es “sostenible”.

Por su parte, Johnson ha señalado que Ross está haciendo un “muy buen trabajo” y ha insistido en que ambos pueden permanecer como líderes de la formación política de cara a las próximas elecciones, previstas para mayo de 2024, según ha informado la agencia PA Media.

El informe sobre las fiestas en Downing Street durante la pandemia de covid-19, publicado de forma parcial, concluye que el Gobierno de Johnson incurrió en “fallos de liderazgo y juicio”, al tiempo que ha incidido en que el comportamiento del Ejecutivo en torno a las reuniones “es difícil de justificar”. Johnson se ha disculpado, pero no ha mostrado intención de dimitir. Mientras, la Policía continúa investigando las fiestas.

Investigación policial

El primer ministro se encuentra, desde hace varias semanas, en el ojo del huracán por una serie de fiestas realizadas en las instalaciones de Downing Street durante el confinamiento en Inglaterra.

Johnson, recibió, hace unas semanas, un cuestionario legal de la policía que investiga si algunas de las fiestas realizadas en su oficina de Downing Street vulneraron las restricciones sanitarias, indicó su portavoz el viernes.

“Podemos confirmar que el primer ministro ha recibido un cuestionario de la policía metropolitana. Lo responderá como se requiere”, dijo el vocero en un comunicado.

El escándalo conocido como “partygate” puso a Johnson en una situación muy delicada, con voces de su propio Partido Conservador pidiendo su dimisión, aunque él niega haber actuado mal.

La policía confirmó, además, que enviará “cuestionarios formales a más de 50 personas” para preguntar por sus actividades en al menos 12 encuentros ocurridos en Downing Street entre 2020 y 2021.

El documento “tiene estatuto formal legal y debe ser respondido sinceramente” en siete días, indicó la policía.

El primer ministro se arriesga a recibir una multa, excepto si puede ofrecer razones creíbles de por qué estaba en estas fiestas que infringían el confinamiento o las restricciones del coronavirus.

Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido, saliendo a una de las defensas en el parlamento británico en enero de este año. | Foto: Anadolu Images

Johnson pidió disculpas ante el Parlamento por estos encuentros identificados en un informe redactado por una alta funcionaria sobre celebraciones de Navidad, fiestas de despedida y de cumpleaños realizadas en los últimos dos años. “Lo siento por las cosas que simplemente no hicimos bien, y lo siento también por la forma en que gestionamos este asunto”, dijo el primer ministro a los diputados.

Aunque Johnson invitó a las distintas partes a esperar las conclusiones de la policía, el líder opositor del Partido Laborista, Keir Starmer, dijo que la implicación policial era “una mancha vergonzosa”.

Así mismo, la familia del premier se ha visto involucrada en el escándalo. La semana pasada salió a la luz, en Inglaterra, un libro sobre la esposa del Johnson, Carrie, en el que se argumentaba la posible interferencia de ella en asuntos de gobierno.

El libro, publicado por un miembro del partido conservador, considera que Carrie ha sido una mala influencia para el primer ministro, llevándolo a tomar decisiones incorrectas e interviniendo en su capacidad de liderazgo.

Así mismo, se afirma que Carrie muchas veces empuja temas de su propia agenda en la del primer ministro, aprovechando la posición de poder del premier para solucionar sus asuntos personales.

*Con información de la AFP.